Marco fue otro fichaje de Pilar Linares para la causa, pero éste ya había terminado el grado de Ingeniería. Nos regaló 6 meses de un trabajo y una dedicación admirables. Hombre sencillo y franco, supo ganarse el cariño de los que trabajaron con él. Disciplinado y ordenado en su trabajo, puso en orden todo lo referente a la producción del invernadero, enviando fielmente los datos a la Universidad Politécnica para evaluar cualquier tipo de problema. Supongo que nunca valoraremos lo suficiente su trabajo. Si no se consiguió mayor rendimiento no fue por su esfuerzo, sino por las condiciones tan adversas de Sierra Leona.
Aceptó el reto de seguir ligado a los Agustinos Recoletos y repetir su experiencia en Ciudad de los Niños de Costa Rica. Ha tenido tanto éxito que le ofrecieron dirigir la Escuela Agropecuaria de la Institución, y allí sigue encantado.
Pura Vida, Marco, ni te imaginas lo feliz que me hace el que disfrutes y eches una mano en un lugar que significó tanto para mi.
JOSE LUIS GARAYOA - África en el corazón 