Nuestro proyecto tiene denominación de origen «Agustino Recoleto». Nuestra presencia materializa el compromiso de la Orden Religiosa, a la que estoy orgulloso de pertenecer, con los más pobres. Lo digo, porque quiero dejar muy claro que somos parte de la Iglesia misionera, enviada a anunciar la Buena nueva a los pobres y la liberación a los cautivos. Sin la Iglesia y la Orden religiosa a la que servimos, se asfixiaría nuestro sentido de pertenencia, y nos convertiríamos en simples francotiradores envueltos en un activismo frenético y sin sentido. Mi trabajo en Sierra Leona cobra sentido desde esa pertenencia a mi Orden Religiosa, que me envió donde la Iglesia nos llamaba.
Han colaborado en nuestro Proyecto personas movidas por diferentes motivaciones. Personas maravillosas que, incluso, viven su agnosticismo, o su diferente creencia religiosa, desde un sincero compromiso solidario. A todos hemos recibido con los brazos abiertos y con el mismo respeto que ellos nos han obsequiado. Porque hacer el bien nos une a pesar de la diversidad de credos políticos , o religiosos, y nos hace quizás más hermanos.
Cada acción, por pequeña que ésta haya sido, ha nacido desde un profundo amor hacia Jesús de Nazareth, y desde el deseo de unirnos incondicionalmente a su sueño de paz, de justicia, de vida, y verdad. O sea, desde la fe. Un día, como Jesús, decidimos dar un lugar preferente en nuestro corazón a los más pobres. Y a quien nos toca servir en este momento es a los pobres de Sierra Leona.
Espero que haga tanto bien como lo has hecho con tus escritos hasta ahora.
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Que sepas que tienes otra familia a la que no ves..pero con la que comparte tus sentimientos y está pendiente de tu existencia
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