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Abra cadabra

Una vaca, un bar, un santuario, un móvil, una farmacia, un colegio, una verja, una clase de una facultad, un periódico y una tienda de electrodomésticos… ¿Pueden tener algo en común? La respuesta es sí. La convocatoria de la campaña “Abracadabra: cambia tu móvil por una vaca en Sierra Leona” ha resultado una experiencia de solidaridad compartida y de esfuerzo común de personas y entidades muy heterogéneas.

La Campaña “Abracadabra: cambia tu móvil por una vaca en Sierra Leona” que ha llevado a cabo la ONGd La Esperanza de Lodosa (Navarra) ha conseguido traspasar fronteras geográficas, sociales y culturales y se ha convertido en todo un paradigma de lo que muchas personas con muy poco en común pueden hacer juntos cuando se lo proponen.

La Campaña nació en la pequeña localidad navarra de Lodosa, fruto de la imaginación, del ingenio y de la ilusiónde los miembros de la ONGd La Esperanza y la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (APYMA) del colegio público local. A través del boca a boca y de las redes sociales, se fueron sumando personas.

SEGURIDAD ALIMENTARIA EN SIERRA LEONA

El objetivo de la Campaña ha sido proporcionar fondos para la consecución de un sueño en las escuelas gestionadas por los Agustinos Recoletos en KamabaiSierra Leona: dar una comida equilibrada a los alumnos del centro educativo Nuestra Señora de Sierra Leona. Un proyecto costoso en recursos y que va a requerir aún de muchos esfuerzos.

Los misioneros en Sierra Leona ya han conseguido adecuar las instalaciones del centro educativo. Gracias a diversos proyectos con varias entidades, las escuelas de Kamabai tienen hoy aulas suficientes para educación infantilprimaria y secundaria, además de una cocina comunitaria y un comedor amplio.

Los pasos siguientes eran la gestión del comedor (cocineras, limpieza, útiles y personal de atención) y tener qué echar al plato de los niños. En el mercado local se encuentran algunos productos como el arroz, el “plassas” (un condimento de hierbas en forma de salsa), pescado seco, cacahuete, mandioca…

Pero eso no ofrece una alimentación equilibrada y suficiente. Los niveles de desnutrición son altos por una alimentación tradicional muy baja en proteínas y con exceso de hidratos de carbono —el arroz como único alimento diario—, y sólo se pueden combatir equilibrando las comidas.

Era necesario preparar el terreno adecuado, encontrar animales y lanzarse al experimento. En los últimos años se ha conseguido mantener un número estable de gallinas y de ovejas y cabras en la propia misión. El siguiente paso, la carne de vaca.

FULLAHS, LOS VAQUEROS DEL ÁFRICA OCCIDENTAL

En la Sierra Leona septentrional, los únicos criadores de ganado vacuno son los “fullah”, una de las etnias más especiales del África Occidental. Este pueblo traspasa fronteras y es tradicionalmente trashumante. Son los únicos que tienen ganado vacuno, y los pastos y el nivel de agua determinan su residencia. El gremio de los carniceros, por extensión, también pertenece a esta etnia.

En el Biriwa Chiefdom, cuya capital es Kamabai, hay algunas aldeas fullah más permanentes, en la parte norte, montañosa y con pastos que aguantan un poco mejor los seis meses de tiempo seco. La carne es un producto de lujo. Se vende cuando se mata una vaca, sin cadena del frío, puesto que no hay electricidad. Es importante comprarla nada más haber matado el animal. Así lo hacen los misioneros, que al contar con energía solar, tienen arcones congeladores para conservarla.

La idea base es comprar algunos de estos animales vivos a los fullah, preparar un terreno, mejorar su seguridad para evitar robos, cuidar del pasto y del agua, comprar terneros y vacas e intentar hacer un pequeño rebaño que, al igual de lo conseguido con cabras, ovejas y gallinas, permita que a lo largo del año se pueda añadir carne de vaca al menú de los niños.

En total, se calcula que serían necesarios alrededor de 16.000 euros para iniciar esta experiencia. En la ONGd La Esperanza vieron la necesidad y agudizaron el ingenio. La pregunta era… ¿Cómo conseguir dinero sin que le cueste nada a nadie?

EN EL FONDO DEL CAJÓN, SEGURO QUE TIENES UNO

Según algunas estadísticas, actualmente en España hay 22 millones de teléfonos móviles sin uso metidos en cajones y armarios. ¿Por qué tantos? Hay varias respuestas: las ventas masivas de terminales inteligentes (seis de cada diez ventas en España son de este tipo; en febrero del 2012, el 35% de los móviles en uso eran inteligentes, frente al 22% de febrero de 2011); los que dan las operadoras como ofertas de nuevo contrato o programas de puntos (España es el tercer país del mundo donde más móviles gratis entregan las operadoras, por detrás de Gran Bretaña y de Australia); la tasa de renovación anual de dispositivos, situada en 2011 en el 37%…

La recogida de terminales abandonados ha supuesto la obtención de casi 4.000 euros. Tanto si están en uso como si no, las empresas de reciclaje ofrecen diversos precios según la marca, modelo y estado de uso de cada móvil. Es importante que estén completos, con su batería. El trabajo ha sido arduo: además de atender los puntos de recogida, se debían rellenar una serie de tablas de datos sobre los aparatos uno a uno.

La originalidad y la sencillez de la colaboración pedida ha sumado a propios y extraños. El boca a boca, las redes sociales y las apariciones en prensa crearon una red de puntos de recogida de lo más heterogéneo: un gimnasio en Madrid, una tienda de electrodomésticos en Guipúzcoa, una clínica dental en Badajoz, los alumnos de medicina de la Universidad de Navarra, parroquias y colegios de los Agustinos Recoletos por toda España, un santuario, diversas parroquias del clero secular, un bar…

La lista se hace interminable y es incompleta porque casi cada semana ha surgido alguien que, tras ver la finalidad y el protocolo de actuación en las redes sociales, se ha sumado y ha enviado más terminales.

La aparición de la campaña en el Diario de Navarra, el periódico más importante de la región donde es originaria la ONGd La Esperanza, hizo que se añadiesen nuevos puntos de recogida (uno de ellos organizado por la propia periodista que cubrió la noticia) y se recibiesen algunas donaciones en dinero.

 

 

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