Martes, 3 de junio del 2008
Salgo con Coco a Freetown para hacer el contrato por el Toyota, y nos instalamos en la casa del Obispo. El libanés me recibe con los brazos abiertos, pero no quiere saber nada de papeles antes de ver en su cuenta corriente la transacción bancaria de 29 mil dólares. Me dice que el coche ya está en el País, y que en una semana me lo puede tener listo.
Me comunico con Irene y comienza a escribir cartas a sus amigos. Me va radiando los ingresos, y la verdad es que me sorprende la velocidad con que depositan el dinero. ¡Y yo que creí que nadie me ganaba en esto de mover los bolsillos!
Cenamos tranquilos en la playa. Coco, a quien le encanta nadar, no pierde la ocasión de zambullirse en el agua. Luego nos jugamos unos villares en Roy, y nos vamos tempranito para la cama.
Miércoles, 4 de junio del 2008
A las 7 de la mañana dejo a Coco en el ferri rumbo a Lungi. Vuela por la tarde a Dakar, Senegal, con los papeles de Elizabeth para conseguir su visado de estudiante. Decidimos que lo mejor era que yo me volviese a Kamabai porque el trabajo apuraba. No os podéis imaginar con qué ansias esperamos el otro Toyota.
Llueve a mares y decido conducir despacio porque las ruedas no están para muchas alegrías. Menos mal que tanto Goyo como la Asociación Kamabai de Parquesol, Valladolid, nos han comprado varias de repuesto y las envían en el contenedor. Y es que aquí las comemos como si fuesen chocolate.
Ha venido el Honorable para reunirse con diferentes Chiefs de la comarca y explicarles que en la Asamblea Legislativa se está intentando declarar nula la elección como Paramount Chief del mandingo Issa Sheriff, y de que querían sustituirlo por un limba. La reunión ha debido de terminar como el rosario de la aurora, ya que la ha interrumpido un hombre sobrenatural danzando y soltando improperios. Han quedado en reunirse más adelante. Espero en Dios que no se revuelvan las aguas.
Jueves, 5 de junio del 2008
Ingreso a Fatmata Daramy y a Fatmata Bangura, esposa del pintor, en el hospital Holy Spirit. La primera tiene desde hace unos días malaria y no le baja la fiebre. La segunda ha tenido un aborto no provocado y tiene unos dolores tremendos. De allí sigo para Lunsar con el niño Mohamed.
Por la tarde, Medo me da el susto del día. Le ha dado un porrazo al Toyota por detrás, y ha vuelto pálido y con los intermitentes destrozados. No me explico cómo ha podido pasar, pero prefiero no comentar nada en caliente porque me conozco. Me sabe malo porque quizás he sido yo el culpable al darle alas demasiado pronto.
Irene sigue erre que erre con que le mande fotos del gallinero. Después de ver cómo está consiguiendo el Toyota, ya me veo yo con un montón de ponedoras modélicas y disciplinadas. Le recuerdo lo que la sabiduría popular dice acerca de que las gallinas ponen el huevo por la boca y no por el trasero. Que lo que comen, ponen, quiero decir. Y que no está el País como para alimentarlas diariamente con arroz cuando las personas solo lo prueban un par de veces a la semana.
Viernes, 6 de junio del 2008
Edgar llega con Abraham que sigue enfermo y en unas condiciones lamentables. Discutimos sobre la conveniencia de dejarlo internarlo en el Hospital de Makeni, pero Abraham prefiere descansar en la casa. Ya se me han olvidado la cantidad de malarias que el pobre hombre ha sufrido en los dos últimos meses.
Me llama Coco desde Dakar feliz porque ya ha conseguido el visado. ¡Increíble, pero cierto! Me dice que se va a pasar unos días a la casa de las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
Sábado, 7 de junio del 2008
Me manda unas fotos Juan Luis para que me haga una idea del peso de los generadores que nos envían, y para que preparemos una pendiente para bajarlos del contenedor.
Voy a Makeni para darle a Shopian 2 millones para que empiece a moverse con los papeles del Toyota, y aprovecho para visitar en el hospital a las dos Fatmatas. Me da un ataque de risa cuando Fatmata Daramy me cuenta que le inyectaron en la vena, se le aflojaron las piernas, y se orino en la cama.
-Grandpa, era imposible controlarme y las enfermeras solo se reían.
Abraham sigue vomitando y me hacen caso de llevarlo al hospital y de dejarlo internado. No quiero ni pensar en que nos llevásemos un disgusto por dejación. El falciparum no juega y ya se ha cobrado la vida de un par de misioneros. Después de los análisis, han descubierto que Abraham es resistente al Artesunate y a la Amodiaquina, y le han bombardeado con otro tipo de medicamentos. Espero en Dios que resulte.
Los catequistas no se cansan de pedir. Me he reunido con ellos y les he recordado que hacen un trabajo voluntario, que dedican a él unas pocas horas a la semana, y que les damos una propina que para sí la querrían algunos de los que se la pasan cortando yerba. No han rechistado.
Martes, 10 de junio del 2008
Me traen a un niño para que le de leche, y no me atrevo a bajar por miedo a que me lo quieran regalar. Vamos a tener que montar una casa cuna.
Manuel sigue con su reto personal de terminar los pozos, y a fe que lo está consiguiendo. Hoy pusieron la bomba en el de Kadagbana I.
A mí me ha comenzado a comer la fiebre acompañada de una diarrea tremenda. Me extraña porque no siento los síntomas de la malaria, y estoy vacunado contra el tifus. En fin, paciencia.
Miércoles, 11 de junio del 2008
Ha regresado Joseph de Filipinas con 9 kilos de más. Como Coco regresaba de Dakar el mismo día, Edgar ha aprovechado para recogerlos a los dos en Lungi.
Estoy atracado a puerto. Al menos ahora tengo internet y me puedo leer hasta las hojas parroquiales. He comenzado a tomar antibiótico porque parece que lo que agarré fue el virus desconocido, del que como comprenderéis estoy hasta las mismísimas narices.
Leo:
«Que sigan muriéndose de hambre 30 millones de personas al año, en un mundo donde hay superávit, es repugnante. Y si no hacemos nada, nos volvemos cómplices».
La misma idea ha respaldado el Nobel de Economía Joseph Stiglitz: «Europa y Estados Unidos deberían sentirse avergonzados. ¿Cómo es posible que las ayudas agrícolas superen las humanitarias? Una vaca vale 2 euros al día… un niño africano sobrevive con 50 céntimos«.
Y es que mantener a un niño africano cuesta «140 euros al año, 12 al mes y 40 céntimos al día», como ha señalado el actor Imanol Arias.
Según los presentes, para conseguir los objetivos sólo hay un camino: comprometerse. «Cooperar en vez de competir. Si no nos comprometemos no lo vamos a conseguir», ha dicho Geldof. «La solidaridad ya es una epidemia, si luchamos contra los problemas, intentando solucionarlos desde la raíz, podemos hacerlo», ha añadido Alejandro Sanz.
Al final, en las palabras de Yunus, todo se resume a una cuestión de oportunidades:
«Los seres humanos son como los bonsáis. Estos árboles no crecen no porque las semillas sean malas, si no porque no tienen espacio para crecer. Lo mismo pasa con las personas: si no les damos espacio nunca crecerán«.
Esto en Europa no deja de ser un artículo con cierta carga solidaria y emotiva. Cuando se vive en Sierra Leona…, todo cambia, puesto que las personas que mueren de hambre lo hacen en tus brazos. Y cada día puedes tocar el hambre con tus manos.
Por eso no deja de ser triste leer noticias como esta:
La comunidad internacional y los organismos multilaterales dejaron Roma divididos, incapaces de afrontar el escándalo del hambre. La cumbre convocada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se cerró sin dar una solución estructural a un problema tan viejo como el hombre.
Os dejo, supongo que la fiebre me tiene un poquito más sensible que de costumbre. Y no quiero olvidarme de la cantidad de personas que nos empujan con su generosidad y su cariño.
Jueves, 12 de junio del 2008
Sigo sin poder hacer absolutamente nada, solo sestear.
Coco y Medo se han ido de Reyes Magos cargados con ropa y comida a las aldeas de Kamadanthily, Kamakayday, Bumbamdain, Kamaron, Kamatongo, Kamahera, Kawereh, Kamakuna, Kamankay y Kadagbana I. Han vuelto vivos, gracias a Dios, porque el reparto no deja de ser una locura por mucho que intentes poner orden.
Lunes, 16 de junio del 2008
Me he reunido con el pueblo de Bumbamdain para implicarles en la construcción de la escuela Chiclana de la Frontera. Con Musa, hemos marcado los cimientos, y me han prometido ayudarnos a cavar al día siguiente. Me da buena espina este pueblo. Pero tiempo al tiempo.
Manuel sigue acarreando bombas de un lugar para otro. Esta haciendo un trabajo impecable con esto de los pozos.
A Coco le ha dado por comprar un par de cutting grass, esa especie de rata gigantesca, y recetarnos uno para el almuerzo. El otro, se lo ha regalado a los albañiles. ¡Y ellos encantados con el animalico!
Martes, 17 de junio del 2008
Como me habían prometido, media aldea está cavando los cimientos. Las mujeres ríen portando agua, y los niños arena en la cabeza. Hoy hemos comenzado oficialmente la construcción de Chiclana de la Frontera Primary School. Tendrá una capacidad para 300 alumnos provenientes de 14 aldeas: Kawereh, Kamahera, Kamantokor, Kamaron, Kamakonde, Kagbaneh, Kamamkanday, Kamakonthekay, Kamakita, Kayelen, Kassassie III, Kamadanthili, Kamoi y Bumbandain.
No puedo menos de recordar con agradecimiento la generosidad del pueblo de Chiclana, especialmente las eucaristías en La Barrosa. Y a los hermanos que me permitieron compartir mi experiencia misionera con su gente. Fruto de mi visita es esta escuela y la futura iglesita Virgen del Carmen de Magbonso. Tengo unas ganas locas de comenzar a enviarles fotografías para que vean lo que su generosidad ha significado para esta pobre gente.
Y dejadme que agradezca especialmente a mi buen amigo Ángel Jubera, el eterno filósofo y compañero del San Agustín, el detalle que tuvo en invitarme a su viña. Según él, la vendimia fue de escándalo. ¡Y eso le hacía feliz!
Viernes, 20 de junio del 2008
Le he pedido a Manuel que nos dejase a Medo y a mí en Makeni para viajar a Freetown en transporte público. En el parque he estado revisando los coches que estaban esperando pasajeros para elegir uno con las ruedas decentes. No me quería quedar tirado en la carretera. He visto uno con buena pinta y le he preguntado cuántos pasajeros recogía y cuál era el precio del viaje. Me ha respondido que 6 y que el precio era 14 mil por persona. Debíamos esperar hasta que se apuntasen 6 para el viaje y hacer el recorrido como sardinas en lata. Como ya estaba un muchacho dentro del coche, me he subido con Medo, he pagado por los 5 pasajeros restantes, y hemos salido para Freetown inmediatamente. Hemos volado, porque en tres horas nos ha puesto en presencia de Ahmed Mackie, en Wilberforce Street, para recoger el nuevo Toyota.
Con coche nuevo nos hemos ido a comer a Roy y hemos decidido pasar el día tranquilos por la playa y regresar el sábado a Kamabai.
Sábado, 21 de junio del 2008
Dejé el teléfono móvil en silencio porque quería aprovechar para dormir hasta que el cuerpo aguantase, pero me ha sorprendido la cantidad de llamadas perdidas que tenía. Al contestar, me han dejado helado con la noticia: Mariama Kabba ha muerto esta mañana en la mesa de operaciones del Hospital de Magburaka. Y todos andaban como locos intentando localizarme.
Mariama Kabba era una muchacha encantadora, de sonrisa fácil, y siempre dispuesta a echar una mano. Se encargó de acompañar a los doctores cubanos en sus visitas a las casas para ayudarles con la traducción. Carmen y Domicio Carbajo Hijarrubia, dos buenos amigos del Colegio San Agustín, se encargaban de pagarle los estudios. Tenía sueños, como todos. Soñaba con ser enfermera y salir de la baffa (choza) en la que siempre había vivido.
Un día quedó embarazada. Y desapareció sin decirme nada. Cuando pregunté por ella me dijeron que había ido a cuidar a su abuela. No resistió la vergüenza, ni quiso que un embarazo no deseado truncase sus sueños. Y tomó medicina tradicional (veneno puro), como tantas, para abortar. Se sintió mal y la llevaron al hospital. Sin medios, sin preparación…., alguien le destrozó las entrañas y murió desangrada. No tenían ni una sola bolsa de sangre que ponerle.
Estoy triste. Me hubiese gustado hablar con ella, convencerle de otros caminos… No sé, quizás hubiese logrado que cambiase de opinión y hoy estaría viva.
Solo tenía 17 años. Y una hermosa sonrisa que hoy disfrutan en el cielo.
Domingo, 22 de junio del 2008
No se me quita de la cabeza la muerte de Mariama. Me repito una y mil veces por qué no la busqué antes. El padre me ha enviado una carta agradeciendo toda la ayuda que se le prestó a su hija para poder continuar sus estudios en Secundaria.
Manuel y Medo salen a las 2 de la tarde para Lungi, vía Port Loko, para recoger al nuevo Hermano que se nos une en Kamabai: Jamero. ¡Qué ganas teníamos de que llegasen refuerzos!
Han regresado a las 12 de la noche, y se han retirado pronto a la cama porque el camino de Lungi te revienta los huesos.
Lunes, 23 de junio del 2008
La nota cómica del día la ha puesto nuestro flamante voluntario para todo, Coco.
-Manuel, ¿sabes dónde venden en Makeni repuestos de ordenadores, o donde puedo encontrar una tienda informática?
Nos hemos mirado y soltado una carcajada al unisonó, y le he dicho que podía escoger entre Best Buy o Compu-USA, ya que las dos mega superficies estaban en la misma calle. Anda como loco intentando conseguir un micrófono con auriculares para poder hablar con sus amigos vía Skype.
La nota triste, sigue siendo la cantidad de pikines que tocan a nuestra puerta en un estado lamentable de salud. Desde Manyoro nos han traído a Mohamed Sesay, un niño de 3 años, piel y huesos, con una mirada vacía, absolutamente vacía. Su alimento desde hacía demasiado tiempo era simplemente agua. Y no agua limpia. Venía en los brazos de la abuela porque la madre abandonó a la criatura al cuidado de su padre, casi ciego, al nacer. Los dos, la abuela y el padre, nos han suplicado ayuda. Como ya era muy tarde y era inútil ir al hospital, les he pedido buscar posada en Kamabai con la promesa de llevarlos temprano. El padre, palpaba la carita del niño hablándole con dulzura y diciéndole algo así como que ahora sí, ahora si se iba a poner bueno. Y, se han ido felices con el niño y un hatillo de no sé qué. Les he preguntado por qué traían tantas cosas, y me han respondido que venían preparados para pasar unos días en Makeni porque estaban seguros de que les íbamos a ayudar. Eso si es realmente un piropo que nos honra.
Ahora resulta que nos hemos sacado la lotería. El Hermano Jamer (que así le gusta que le llamen) corta el pelo, cocina como los ángeles, es masajista y estilista…, y no sé cuantas cosas más. Decían los de Kamalu que nos lo podíamos repartir por meses, y les he contestado que ni hablar de peluquín. A este lo atamos en Kamabai.
Martes, 24 de junio del 2008
Al volver de misa me he encontrado a la abuela y al padre con el niño esperándome. Ha sido Manuel quien se ha encargado de llevarlos al Hospital Magbenteh y de inscribir el niño en el programa que UNICEF tiene para desnutridos. Ha vuelto con el padre. Le he dado dinero para que volviese en transporte público a Manyoro, me ha besado las manos, y me ha dicho que Alá nunca olvidaría nuestro buen corazón. He sonreído con ternura al verlo partir tanteando la calle con su bastón.
Vuelta a Bumbamdain para disfrutar del trabajo y la colaboración de la aldea en la construcción de su escuela Chiclana de la Frontera. ¡Así da gusto! Poquito a poco los vamos convenciendo de que ellos deben ser los auténticos artífices de su desarrollo. Y que si ellos no se comprometen, nosotros nada podemos hacer.
Hemos tenido que internar de nuevo en el Holy Spirit Hospital a Abraham porque se ha pasado toda la noche vomitando y con diarrea. Pienso que debe salir a descansar y a recuperarse lo más pronto posible. Lleva tres meses en un autentico viacrucis de malarias y fiebres extrañas.
Miércoles, 25 de junio del 2008
Tenía para hoy una agenda que daba gusto verla: Arena en Magbonso, Bumbamdain, repasar el Programa de Becas con Mr. Kanu… Incluso había dejado el espacio libre para sentarme con Manuel y Coco a disfrutar del Alemania-Turquía.
Al camión no le ha pegado su real gana arrancar hasta las 12 del mediodía, así que me ha puesto el horario patas arriba. Al menos, hemos podido hacer tres grandes viajes para continuar con el Kinder San Agustín. Y la gente de Magbonso me urgía a sacar la arena porque querían sembrar la finca de arroz.
Con Mr. Kanu me he pegado un disgusto tremendo. Siguen los abandonos por cualquier tontería. Y de muchachas embarazadas, para qué os cuento. Lo que más me molesta es que ni se dignan darse una vuelta por la misión para informarme de que no asisten a la escuela. Y así, no hay manera de llevar un Programa de Becas con un mínimo de seriedad. He quedado en ir a dar una charla el próximo viernes a alumnos y a profesores, que también tienen un poco de culpa del desastre pedagógico que nos rodea.
Me estaba duchando cuando han gritado debajo de mi ventana:
-Grandpaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Medio Kamabai estaba en el porche rodeando a Hannah Issa Sankoh, una niña de 3 años en un estado lamentable de desnutrición. Me he enojado por la tardanza. Les he gritado que no era Papa God (Dios). Que no tenía la solución para todos los males. Y les he reclamado el que solo pisasen la misión para pedir. De repente, es como si me oyese a mí mismo y me he avergonzado de mi reacción, y me he preguntado si en el fondo no me estaría molestando el perderme la semifinal entre Alemania-Turquia. Gracias a Dios, reaccioné a tiempo y, como el del evangelio, refunfuñando, pero me fui con la criatura al hospital de Makeni. Coco ha querido acompañarme a pesar de que le insistí en que se podía quedar a ver la tele.
Al volver le he confesado a Coco que en esas situaciones siempre termino corriendo al hospital, porque si se muere la niña no me perdonaría nunca el no haberla atendido. Y que, en el fondo, se siente más alegría con el deber cumplido que viendo el futbol. Eso sí, he cruzado los dedos para que no me pase mañana lo mismo y me pierda el España-Rusia.
Jueves, 26 de junio del 2008
Cómo va a comenzar uno el día si de madrugada te dan la noticia de que tu carrera al hospital ha sido inútil, que llegaste, una vez más, demasiado tarde.
He ido con Medo a recoger el cadáver para entregárselo a la familia en Kamabai. Me lo han puesto en los brazos envuelto en una sábana estampada de flores, y se me han saltado las lágrimas. Ni el empleado del hospital, ni Medo, han dicho una sola palabra. He firmado, y me han entregado el certificado de defunción. Causa de la muerte, desnutrición severa y malaria.
La madre se me ha abrazado y no he sabido qué decirle. Solo que cuidase al que llevaba en su seno, puesto que he notado que estaba embarazada de al menos 5 meses. Son musulmanes y me han dado las gracias juntando las manos. En la parte trasera del Toyota viajaba la madre y una tía con la niña en los brazos. Hemos abierto las ventanas porque había comenzado a descomponerse lo que mi fe me dice que un día será cuerpo glorificado. Me estalla la cabeza y puedo sentir perfectamente el pulso de mis sienes. Tengo ganas de gritar de rabia: una rabia infinita y contenida. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Y mil veces, ¿por qué? Y no hay respuesta: solo te queda aferrarte al clavo ardiendo de la fe.
Al pasar por Kathanta me han pedido parar un momento porque debían avisar a los familiares. La escena, para el que la vive por primera vez, es sobrecogedora. Gritan y canturrean en limba. Y se tiran de los pelos. Yo sigo con la mirada perdida sin poder concentrarme. Intento poner distancia afectiva, pero no puedo.
-No os podéis morir en cada niño, nos decía el obispo.
Pero no es fácil. No es nada fácil por mucho que a veces uno crea que en tres años se ha endurecido lo suficiente.
No quiero ni pensar en cómo me hubiese sentido hoy si no la hubiese llevando corriendo al hospital.
En Kamabai más llantos y gritos desgarradores. Dejo el cadáver con la familia y me voy con Medo a Bumbamdein. Los niños me gritan grandpa al pasar. La vida sigue. Supongo que debe de ser así, pero hoy estoy triste y me siento cansado. Y no me sale la sonrisa.
He pasado el día como flotando.
A Manuel le ha pegado un ataque de malaria: lo que nos faltaba. Se ha quedado en la cama y ha comenzado el tratamiento. Le pido que descanse y que no se preocupe que intentaré encargarme de todo.
Se ha desatado una tormenta tremenda que ha impedido la señal del satélite. Así que nos hemos quedado sin el España-Rusia tan esperado. ¡Qué más da! En Marca me entero de que hemos ganado 3-0. ¡Qué bien! Lo cierto es que a pesar de mi fervor patrio y de sentir la roja como el que más, hoy tengo el corazón destrozado. Y no lo puedo disimular, así que mejor me voy a la cama.
Viernes, 27 de junio del 2008
Me costó dormirme dándole mil vueltas a las palabras del doctor:
-Padre, si la trae un día antes le hubiésemos podido salvar la vida con una transfusión de sangre, pero ya era demasiado tarde.
No quiero ser crítico con el hospital porque no se lo merece. Simplemente quiero que toméis conciencia del privilegio que tenéis de pertenecer a otro mundo diferente. Yo llegué al hospital a las 7:15 de la tarde. En cualquier hospital del primer mundo inmediatamente la hubiesen puesto en cuidados intensivos y le hubiesen dado la atención precisa. Aquí no, aquí hasta el día siguiente en que el doctor pasa la visita nadie hace nada por la niña, a no ser ponerle un suero. Y cuando la vio el doctor ya era demasiado tarde. Era demasiado tarde, porque sencillamente la vio muerta. Solo tuvo que firmar el acta de defunción. Y repito que no es un reproche, porque el doctor del que hablo tiene una calidad humana que para sí la quisiesen muchos. Simplemente Hannah Issa Sankoh tuvo la mala suerte de nacer en Sierra Leona. Eso es todo.
He ido a la Escuela Secundaria para reunirme con los alumnos que están dentro del programa de becas y decirles cuatro cosas. No hay derecho a que sean tan irresponsables y falten tanto a clase. Les he recordado que tres ausencias sin justificar los excluye automáticamente del programa, y que no valen los llantos posteriores. Como no les cuesta sacrificio, solo poner la mano para recibir el dinero, se dan el lujo de asistir a clase cuando les apetece. A los profesores les he pedido para el próximo curso académico un informe mensual de asistencia. Si yo me molesto en llevar el programa con seriedad, ellos también deben hacerlo. Y quien no venga a fotografiarse este sábado, queda excluido del programa.
Manuel sigue sin apetito, pero le he hecho un puré de patata y ha logrado comer un poco.
Han venido unas muchachas a saludarme y me han hecho reír con sus ocurrencias. Reír por no llorar.
-Grandpa, ya se ha acabado la comida que Dios nos manda (los mangos), y ahora toca pasar hambre. Hasta que no recojamos el arroz tenemos que beber mucha agua para llenar el estómago.
Por favor, leer esto los que tiráis a la basura la comida que no os gusta. No hay derecho a desperdiciar tanto, habiendo personas debajo de nuestra mesa esperando las migajas. Lo que nos sobra no nos pertenece. Compartir lo que me sobra, es simplemente justicia. Dar de lo que no me sobra, es caridad. Hoy, no pedimos caridad, pedimos simplemente justicia.
He hablado un rato con Rafael Mediavilla y me ha hecho bien. Además, me alegra infinito el que Juan Luis y Elena vengan a verme. Quiero que se les llene el alma de la gratitud de mi gente para que así vean en cierta medida compensado tanto sacrificio que hacen en el envío de contenedores.
Sábado, 28 de junio del 2008
Gracias a Dios que no nos enfermamos los dos a la vez, y que cuando la malaria ataca a uno, el otro puede suplirle aunque tenga que multiplicarse por dos. Manuel se empeñaba en ir a Kathadumbu a recoger a los técnicos de los pozos, y lo he mandado para la cama. Al final, como no descanses, la recaída es peor.
No estoy animado. A parte de que no es agradable ver a tu compañero enfermo, la muerte de Hannah me pegó en la línea de flotación. He querido drogarme trabajando. Si, lo sé, que también podía haberme encerrado en la capilla, pero yo termino en el Toyota reventándome de conducir, y así me calmo un poco.
La vida sigue, así que no me queda más remedio que ir a Kathadumbu para recoger a Magnus y a Sorie. Y llevarlos luego a Kamoi. Y de allí, a Kassassie I a repartir ropa y alimentos. Más tarde, a Kamagbengbeh, donde era imposible poner un poquito de orden. Lo tengo claro: en cuanto venga Juan Luis lo voy a poner a repartir, para que vea que es más difícil la distribución que el cargar el contenedor. También es cierto que al menos aquí, uno se lleva el corazón lleno de sonrisas y wali-wali (gracias en limba).
Se ha muerto la hija de Regina Palawa (la Mamy Queen). Llevaba ingresada dos meses en un hospital de Freetown, pero ningún medico acertó a saber cuál era su mal. Así que se ha muerto sin saber de qué y dejando cuatro hijos huérfanos. El congosa (habladurías de la gente) dice que es que le hizo un mal la primera esposa de su marido, porque a quien realmente el hombre amaba era a la difunta. Pero vete tú a saber. Después de tres años en esta tierra, voy a terminar por creerme cualquier cosa. Para rematarla, la Mamy Queen le ha dicho a Coco con toda la seriedad del mundo que su hija era una bruja, que volaba por la noche, y que por eso tenía muchos enemigos. Y estoy escribiendo absolutamente en serio.
Manuel está un poquito más animado. Parece que las pastillas van haciendo efecto. Hemos comentado riéndonos que ya ha comenzado la cadena: Abraham se la pasó a él, y Manuel me la pasará a mí. El vivir en comunidad tiene esas cosas. Y es que, el enfermo se convierte en una bomba de relojería para los hermanos. Los mosquitos (hembras, naturalmente) que están bajo el mismo techo se encargan de que no se rompa la cadena picándonos en el orden que a ellos les pega la gana.
He terminado reventado, pero contento. Y nos hemos unido espiritualmente a la Vigilia que el Obispo ha celebrado en la catedral de Makeni para abrir oficialmente el año de San Pablo, como un sencillo homenaje a tantos y tantos que hoy siguen enamorados de la causa del evangelio, y lo anuncian por el mundo.
Desde aquí, desde este pequeño rincón en el West África, desde Sierra Leona, nuestra oración y cariño para nuestros hermanos misioneros, y para todos los que nos apoyáis para hacer más efectivo nuestro trabajo en servicio de los pobres.
Domingo, 29 de junio del 2008
¿Se vale rezar para que no llueva? Yo, al menos, ya lo he hecho. Y es que con lluvia hubiese sido imposible vibrar con la selección española de futbol y con su histórica victoria en la final contra Alemania. Lo que pasa es que aquí, además de no llover en tiempo de lluvias, se tiene que dar una carambola a no sé cuantas bandas para que a las 7 de la tarde, hora africana, nadie necesite de tus servicios. Y, sin embargo, se dio el milagro. Y Coco corrió a por la botella de pacharán en cuanto Torres hizo el primer gol. Nos tragamos el arroz con nada en el descanso, y disfrutamos como chiquillos de la victoria.
¡Ah!, os prometo que por la mañana, en el Santuario, prediqué con pasión sobre la vida misionera, y pedí por tantos y tantos que han dado la vida por la causa del Evangelio. Y, como lo cortés no quita lo valiente, ofrecí la intención de la misa por el eterno descanso de la hija de la Mamy Queen. Y le pedí a Diosito que su último vuelo, si es cierto que volaba, fuese hasta el cielo.
Me ha llamado Daher Yazbeck, cónsul honorario español, para felicitarme por el triunfo de España. Todo un detalle siendo, como es, libanes.
Lunes, 30 de junio del 2008
Se ha pasado toda la noche anterior lloviendo a mares. Supongo que cayó toda el agua que Dios detuvo durante el partido. Y se monta tal estruendo de rayos, relámpagos y truenos, que uno cruza los dedos para que ninguno de ellos nos destroce el inversor del sistema de energía solar.
He subido a las 6 de la mañana a misa bajo un autentico aguacero. No había nadie en el Santuario, ni Pa Bangura que casi nunca falla.
He decidido tomarme la mañana para poner al día el blog ante la imposibilidad de salir a ningún sitio. Justo había encendido el ordenador cuando ha sonado el grito de guerra: Grandpaaaaaaaaaaaaaa.
-Ha muerto un niño y queremos que nos ayude a llevar el cuerpo a Kamasikie.
-¡Otro!, pienso, otra criatura que muere para que sigamos estando a la cabeza mundial en cuanto a mortalidad infantil se refiere.
Me dicen que tiene un año y diez días. Lo envuelven en una sabana, y dos mujeres se suben conmigo en el Toyota. Como siempre, no sé de qué hablar en el camino. Veo por el espejo retrovisor que la madre llora en silencio, y a mí se me encoje el alma de nuevo. Al llegar a Kamasikie, me dicen que before, que para ellos significa más allá. Al final, resulta que la aldea a la que debía de llevar al niño era Kaburuyan, a una hora de Kamasikie por un camino infernal. En un par de puentes dudé en cruzar, y si lo hice fue porque no me podía imaginar a esas dos pobres mujeres caminando durante horas con el cadáver del niño en los brazos. Además, el olor era ya insoportable incluso con todas las ventanas abiertas.
La tarde la he dedicado a repartir comida, ropa y juguetes en Kakola. Casi me comen, pero he sobrevivido. Y eso que pongo a Medo a que organice un poco la revolución que se forma alrededor del Toyota.
Le he contado a Medo lo del niño y me ha pedido que no le dé demasiadas vueltas a la cabeza. Que piense en cosas positivas y en los pequeños logros que con vuestra ayuda vamos consiguiendo.
-Te recuerdo lo que tú mismo repites siempre, Grandpa: no eres Papa God, y no puedes estar en todos los sitios a la vez.
Es cierto, pero no deja de doler. Cantaba el poeta León Felipe unos consejos: que no hagan callo las cosas, ni en el alma, ni en el cuerpo… Por mucho que uno viva las mismas experiencias, siempre duele, nunca te acostumbras a la muerte como quizás lo estén ellos… Y nunca el dolor del pobre te hace callo, más bien te deja el alma en carne viva. Supongo que, a fin de cuentas, es una bonita manera de saber que uno está vivo.
Comentaba hace unos pocos días con Joseph de la conveniencia de poner al menos una vez al año distancia con esta realidad. El me dijo que salió porque no podía más y porque lo necesitaba. Y es que entre la malaria y el cansancio del alma, hay días en los que uno no ve la luz.