Lunes, 7 de abril del 2008
Manuel va con Edgar y Abraham a Freetown, y de paso deja al niño Abu Conteh ingresado en el hospital. Las doctoras nos dijeron que era urgente su internamiento porque se lo estaban comiendo literalmente los parásitos.
Me han llamado asustados porque Musu se estaba muriendo. La verdad es que si no lo estaba, al menos lo parecía. Nada más verle la cara me he arrancado para el Hospital Holy Spirit de Makeni y la he dejado internada.
Como veis, nuestras visitas al hospital son más frecuentes de lo que deseáramos, pero no nos queda más remedio que atender a nuestra gente. Para ellos es imposible pagar los análisis, las medicinas, y el internamiento. Se morirían sin más, sin una queja, por falta de dinero. Por eso es tan importante la ayuda que nos brindáis creando un fondo para enfermos. Nunca mejor dicho: con ese fondo estáis salvando vidas.
Miércoles, 9 de abril del 2008
Nos viene bien el que los de Kamalu nos hayan prestado su Toyota porque nos facilita el traslado de materiales.
¿Quien entiende a Dios? El año pasado solo conseguimos excavar únicamente 3 pozos por culpa de las rocas, y éste que estábamos contentos por la facilidad con la que excavamos 15, se nos adelanta el agua. Él sabrá por qué lo hace, porque nosotros lo que se dice correr y rezar, lo hacemos.
He ido al hospital de Makeni para llevarle comida a Musu. Me dicen que tiene tifoidea y malaria y que si tardo 5 días más en traerla la tengo que enterrar en Kamabai. Menos mal que vencí la pereza.
Viernes, 11 de abril del 2008
Manuel ha acudido con el coro de Kamabai al festival de la canción en el Centro Pastoral de Makeni. Si nos ponemos evangélicos y aplicamos aquello de que los últimos serán los primeros…, pues eso, medalla de oro. De nueve participantes hemos quedado los noveno. Dice Manuel que pasión aporreando los tambores sí que le ponían, pero ni por esas.
Nos visita Oscar Mateos, el expatriado español que da clases en la Universidad de Freetown. Es un chaval encantador y la velada es agradable. Además, las cubanas no sé si por lo atractivo o por ser un buen alumno de salsa, se esmeran en la cocina. Eso sí, delegamos en Oscar el que parta el pollo. ¡Qué hicimos! Le tengo que gritar desde la sala:
-Oscarrrrrrrrrrrrrrrr, es solo partirlo, no torturarlooooooooooooooooooo.
Oscar se ha ofrecido a ayudarme en el tema de los visados, y yo he aceptado encantado.
Me ha llamado Joseph de Filipinas y me ha dado un alegrón tremendo. Ya extrañaba sus carcajadas. Me dice que va a intentar animar a la gente para que se ofrezca voluntaria para la misión, pero que lo ve difícil. Como que Estados Unidos tira más.
Martes, 15 de abril del 2008
Ha llegado tempranito Musu con la sonrisa de siempre en la cara y una bolsa grande de mangos. Le he dado arroz y carne para que se alimente bien durante unos días y recobre los kilos perdidos por la enfermedad. Buena forma de comenzar el día, sí Señor.
Me manda un mensaje Medo:
-Please, Grandpa, call me and I’ll explain you. (Por favor, Grandpa, llámame y te explico)
Le llamo. Me dice que está declarando en casa del Speaker del Chief de Kamabai y salgo para allí como un rayo. Resulta que el aprendiz de electricista que me destrozó las paredes de la casa de voluntarios le había dado 30 mil leones al Chief para que juzgasen tradicionalmente a Medo y le hiciesen pagar 800 mil leones. He pedido la palabra y creo que me he expresado perfectamente en tres idiomas. Al menos me miraban como si me entendiesen.
Lo gracioso es que el Jefe de la Policía se ha presentado para enfrentarse al Chief y decirle que no me molestase con un tema que ya se había aclarado en la comisaria. Se han enzarzado en una discusión sobre quien era la autoridad legítima y he tenido que mediar entre ellos. Le he tranquilizado al Jefe de la Policía, y le he dicho al Chief que si querían, pues que nos íbamos a juicio a Makeni. Me ha pedido una propina (estos no pierden ni en colada), le he dicho que nones, me ha dado la mano con una sonrisa de conejo, me ha dicho que me amaba, y me he largado con Medo.
El ambiente huele a despedida: se van Maiyelis y Nancy, las doctoras cubanas. Se llevan carne, leche condensada, galletas, melocotón, pasta…, y, sobre todo, nuestro respeto y agradecimiento por la labor realizada. Quizás no haya sido suficientemente justo con ellas en el blog. Lo decíamos jugando: hay que poner la bandera cubana en lo más alto del mástil. Y a fe que lo hicieron. Salvaron vidas, las vidas de nuestra gente, de nuestros niños. Y se ganaron con dedicación y cariño el respeto de Kamabai. Hoy, dejan un hueco en la casa difícil de llenar. Nos queda la esperanza de que la solidaridad cubana nos envíe pronto un par de profesionales como ellas. Cierto, que Manuel y yo hemos vuelto a tomar el mando del control de la televisión, pero no es lo mismo. Y el arroz ha dejado de ser imperial para convertirse en el mazacote arroz blanco de cada día.
-The cubans are leaving? (¿se van las cubanas?), me preguntaba Dora Fofanah esta tarde.
–Sí, se van, vuelven a su país.
-And what about us now? (¿Qué va a ser de nosotros ahora?)
Esta pequeña conversación puede daros una idea clara del servicio que nos han prestado.
Para ver las posibilidades de seguir cooperando con la misión, el doctor Arístides se ha presentado para recogerlas con el doctor Alberto González Polanco, Encargado de Cooperación en temas de salud, recién llegado de Cuba. Creo que la impresión ha sido buena. Se le ve un hombre con experiencia, y humano. Incluso hemos brindado con pacharán. El doctor Alberto ha tenido el detalle de dejarnos el libro Ángel, la raíz gallega de Fidel con una cariñosa dedicatoria:
“Cada día me convenzo más que el mundo es redondo y muy pequeño. En Sierra Leona, Kamabai, he conocido a dos sacerdotes excelentes: Manuel y José Luis. ¡Qué mejor! Un abrazo cubano”. Dr. Alberto González Polanco.
Miércoles, 16 de abril del 2008
Cuando trabajaba en El Paso, Texas, leí que en nuestra misión de Labrea se suscitó un debate entre ecología y tecnología, léase internet. Y que Manuel fue testigo directo. Ahora se nos ha presentado en Kamabai el mismo dilema, y con el mismo Manuel de protagonista. No hemos discutido mucho, tenemos claro que sin comunicación no hay desarrollo, y que el trasiego de voluntarios y la complejidad de los programas nos exigían conectarnos a la red. Así que todo árbol que interfiriese con la señal, tenía los días contados. Para tranquilidad de los amantes de la ecología tengo que decir que solo fueron un par. Además, uno de ellos amenazaba con tumbarnos el tanque del agua. Medo ha sido la mano ejecutora del crimen ecológico.
Todo vino rodado a partir de la visita de Gonzalo, Pablo y Carlos. Nada más volver a España, Gonzalo se encargó de hacer los pagos correspondientes en Italia para que nos enviasen la antena y todo lo necesario para la comunicación. Esperamos poder conectarnos en un plazo no más largo de un mes.
Celtel sigue peleándose el pastel de la telefonía móvil. Nos ha instalado en Kabakeh una torre de 100 metros que nos posibilitará la comunicación con el 80% de las aldeas de nuestra parroquia. Lo que significa que, en caso de emergencia, podremos acudir en auxilio del hermano necesitado. Quieren conectarla esta semana, pero no queremos lanzar las campanas al vuelo. Ya tenemos una torre Celtel en Kamabai, y muchos de vosotros habéis experimentado la desazón que ocasiona la mala comunicación que nos brinda. Claro que, mejor que el bote de cerveza en el árbol de aguacate sí que es.
Sigue lloviendo con intensidad, y no nos gusta nada porque nos frena el trabajo de los pozos. Me dicen que la autentica época de lluvias comenzaba antes en abril, pero que se retrasó los últimos años por el cambio climático. No queda más remedio que rezar para que el cambio climático nos afecte un año más. En lo referente a la lluvia, me refiero.
Me ha llamado Seve Cáceres porque estaba trabajando con Pablo para presentar el Proyecto Pikines ante la Comunidad de Madrid.
También me llamó por la noche Federico Gerona. Me dice que del 5 al 22 de agosto me manda tres doctoras odontólogas a Kamabai: una de Madrid, otra de Málaga, y otra de Zaragoza. ¡Menuda mezcla! En Agosto, esperamos también a los del proyecto de agricultura. Y en Julio se vienen 2 ginecólogas. A este paso vamos a tener que reservar habitaciones con un año de antelación, o hacer una casa de dos pisos. Ya sabía yo que en cuanto venciesen el miedo, íbamos a tener lista de espera. ¡De Kamabai, al cielo!, jajajaaja.
Os dejo por ahora, un abrazo a todos.
Jueves, 17 de abril del 2008
Ha venido a verme Yealie Bah, la ahijada de mi hermana Mari. Le he visto la cara, e inmediatamente la he mandado al hospital en transporte público porque necesitábamos el Toyota en las aldeas. Luego me llamó diciéndome que el análisis de sangre había dado positivo en malaria. Necesitamos otro coche como el comer.
Los del último año de Secundaria (SSS 3), andan de exámenes por Makeni. Hoy tuvieron prueba oral de inglés, indispensable pasarla para seguir adelante. Deben aprobar 5 asignaturas con buena nota si quieren ir a la universidad. Con menos asignaturas deberán conformarse con alguna carrera corta en el Politécnico de Makeni. Y me han asegurado de que si pagas, puedes estudiar para maestro sin haber aprobado ninguna. ¡Qué paradoja! Así nos luce el pelo en lo que a nivel académico se refiere.
¿Os gustan las novelas? Ahí os va una en la que soy el actor principal. Me ha dicho Medo que Isata, una de las mujeres de Abdul Hassan (tiene 2 aquí, en Kamabai, y una en Freetown), el dueño de la troka que se me va de espaldas en las cuestas, para que nos entendamos, quería hablar urgentemente conmigo.
¡Uhmmmm!, pienso, pero me decido a ir a su casa. Entonces, va y me dice que si no se lo digo a nadie, me tiene que comunicar algo muy importante. Prometo callarme (eso no incluye el blog porque sé que os encantan los chismes, como a casi todos). Nada más comenzar, casi me voy para atrás del susto.
-Grandpa, no comas nada de lo que te cocine Regina Kalawa (la Mamy Queen), porque ha ido a un hombre sobrenatural para que le aconseje qué condimentos echarte en la comida para que te enamores de ella.
Joderrrrrrrrrrrrr (aquí sí, Rodrigo, por favor). La chavalilla de Kamayusufu, pase. Pero la Mamy.., ¡vamos!, ni aunque tuviese pozos de petróleo caía yo en la tentación. ¿Os dije que es la única que creo capaz de volar por la noche?
Sigue diciéndome que hace un par de días, Regina le dijo que me había enviado comida, pero que yo era muy difícil de pescar (It is really difficult to get Grandpa, fueron sus palabras), porque después de comer nada había cambiado en mi actitud hacia ella. Que seguía siendo indiferente, y que cuando me pidió 2 millones prestados, se los negué. O sea, que no superé la prueba del amor.
He tranquilizado a la buena de Isata diciéndole que a mi envenenarme me podrá envenenar, pero que llevarme al huerto…, ni harto de mampa. He salido de la casa con un ataque de risa.
Me ha llamado Florencio Juntas dándome un alegrón. Me dice que en el colegio de Chiclana de la Frontera van a realizar una actividad para recaudar fondos para la misión, y que me mandará lo que recauden con el alcalde de Viana. ¡Qué gusto me da el hablar con los hermanos! Además, Florencio se ha comprometido a pagar la universidad a una muchacha, y Dynah Duba, que así se llama su ahijada, está loca de contenta.
Por la noche he cometido un pecadillo y faltado a mi promesa contándoselo todo a Manuel: es que me picaba la lengua de ganas de decírselo. Y le he avisado para que tenga cuidado, porque el siguiente plato embrujado es para él, jajajaja.
El arroz sigue subiendo y se va convirtiendo en objeto del deseo: hoy 100 mil leones el saco. La gente comienza a echarle la culpa al nuevo gobierno, porque los salarios están por los suelos.
Viernes, 18 de abril del 2008
Comienzan los Sports en la Escuela Secundaria. Esto significa una procesión de muchachos dándote sobres para que les pongas un poco de dinero e invitar ese día a comer a la familia en las pistas de atletismo. Te piden dinero, o arroz, o carne, o pasta…, o lo que tengas a bien darles. Y no se mueven hasta que les llenas la bolsa de plástico. Además, me han nombrado Patrón, así que me puedo sentar a la sombra del enramado, tomarme una fanta caliente como el infierno, y poner un huevo de dos yemas (un buen donativo) en la cesta de la Escuela. Y como yo ya me sé todo eso, pues huyo de los Sports como de la peste.
La Mamy Queen sigue acosándome envolviéndome en una sonrisa que da escalofríos. Pero yo…, quieto en la mata.
Ha llegado Musa de Kamayusufu trayendo a uno de los trabajadores, Foday Jawara. Me dice que hace tres días que tiene escalofríos y vómitos. El pobre chaval llega en unas condiciones deplorables: se contorsiona y golpea la cabeza porque dice que le va a estallar. Es fácil adivinar que se trata de un ataque de malaria cerebral en su última etapa. Manuel está en Makeni entregando alimentos a las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, lo que significa que no tengo Toyota para moverme. Como sé que en un par de horas puede entrar en un coma irreversible, lo mando en la moto con Medo para Makeni con una carta para el doctor en la que me hago responsable de todos los gastos. Foday es un muchacho encantador, musulmán, y un trabajador incansable. Nos quiere, y le queremos, por eso me deja con el alma en vilo.
Me llama Medo diciéndome que lo han internado inmediatamente e inyectado la medicina en la vena. Le pido que se quede hasta que esté seguro de que todo está bien. Miro al cielo y le pido con toda mi alma a Diosito que no se lo lleve.
Recibo llamada de Rafael Mediavilla desde Fortaleza, Brasil, para gravarme un mensaje para los representantes de la Caja Navarra que se van a reunir con Santi en Marcilla. Intento explicarles lo difícil de las comunicaciones, y me ratifico en el compromiso de dar cuentas claras del dinero recibido, junto con un soporte fotográfico de las obras realizadas. No solo estamos agradecidos al Programa Tú eliges, Tú decides que patrocinan mis paisanos de Caja Navarra, sino que nos orgullece el que tantas personas que no conocemos, se hayan fijado en nuestro pueblo para hacerlos beneficiarios de sus ahorros.
Llega, por fin, Medo con buenas noticias. Foday está internado pero estable. ¡Bien!
Sábado, 19 de abril del 2008
No he tenido más remedio que acudir a las pistas de atletismo, porque Mr. Kanu me ha llamado 100 veces. Al fin y al cabo, me nombraron Patrón y no está bien desairar al personal.
En todo Sierra Leona se celebran los Sports. Supongo que es una forma de gritar al mundo que nos gusta más el deporte que la guerra. Lo malo es que entre la preparación, la celebración, y el descanso, se pierden tres semanas de clases.
Os conté hace mucho tiempo cómo las familias se dividen por colores (amarillo, rojo, azul y verde), y cómo disfrutan de un día de convivencia familiar mientras los hijos corren descalzos dejándose el alma en la pista. No se dan medallas, ni corona de laurel, solo aplausos. Y al final, baile hasta que el cuerpo aguante.
Nada más verme, se me han abalanzado los pikines de preescolar y me han seguido como los pollicos a mamá gallina. ¿Qué queréis que os diga? Pues que se me caía la baba.
Mi hermana Mari me ha tranquilizado: parece que el blog sigue interesando. Ella me ha insinuado la posibilidad de presentarlo al Premio Planeta, jajajaaja. Como veis, una opinión bastante imparcial donde la sangre no cuenta para nada. Me conformo con que sea cierto lo que algunos insinuáis: que mis escritos os acercan a nosotros y a nuestra cotidianidad. Una cotidianidad tan simple como la vuestra, aunque en nuestras manos tenemos el hacer de lo cotidiano algo apasionante.
Me ha llamado Rafael diciéndome que el Consejo Provincial había aprobado por unanimidad la compra de una casa cerca de la playa, en Freetown. Y para allí que nos hemos ido Manuel y yo inmediatamente. El problema es que la primera línea de playa, como le gustaba a mi madre, está sin terminar de edificar. Manuel insistía en que fuésemos más al interior, y yo le repetía mil veces la decisión del Consejo: en la playa. He llamado a Rafael explicándole el problema y me ha preguntado a ver qué hacíamos en Freetown, que en la capital había los mismos mosquitos que en Kamabai, que la casa de descanso la querían en Peñíscola. Ni modo, a volar para la madre Patria. Hemos destrozado un par de zapatos dando vueltas buscando la mejor. Y la encontramos.
¿Por qué soñará uno tanta tontería? Pero era tan real el sueño, que hasta cansado de caminar me he levantado. Y Manuel, se ha partido de risa en el desayuno al oírme. Una casa en Peñíscola para los misioneros de Sierra Leona, ¡qué barbaridad!
Martes, 22 de abril del 2008
Me llama Pablo para comentarme que el Proyecto Pikines ya se ha presentado en la Comunidad de Madrid, y que han pedido lo máximo: 150 mil euros. ¡Sí Señor, por pedir que no quede!
En el Colegio Mayor Roncalli, María Ángeles, la esposa de Pablo, ha realizado una actividad en beneficio de la Misión de Kamabai. Como quien no quiere la cosa, las muchachas han recaudado 1.900 euros que han querido destinar a pagar el sueldo de un maestro en Kamangbangbanranthan. Parece que todos quedan encandilados con el nombre y con su gente. Como Pablo y Carlos dejaron un dinerillo para la misma finalidad, resulta que tengo la suma de 2.600 euros para el susodicho maestro. La verdad es que la cuesta para subir al pueblo se las trae, además hay que comenzar a caminar desde Kathadumbu, y no hay transporte público en la zona. Así que he decidido que el sueldo sea lo suficiente atractivo como para que alguien se anime a vivir allí. He pensado que 13 mensualidades de 250 mil cada una sería una suma más que razonable. Haciendo cuentas, tengo dinero para pagar el salario de un maestro durante 3 años y medio, lo que no está nada de mal. Como el curso está muy avanzado, después de consultar con Pa Bangura, decidimos comenzar las clases el próximo año escolar.
Estoy absolutamente seguro de que África contagia algo más profundo e incurable que la malaria. Es un virus que se te mete en el alma y te atrapa para siempre. Y allá donde vas, lo contagias. Todo el que ha venido se ha llevado el corazón lleno de sensaciones nuevas de las que se ha hecho eco entre sus amistades. Y así, sin darnos cuenta, se ha formado una cadena solidaria inimaginable hace tiempo. Os confieso que cuando regresé a Kamabai en el 2005, me sentaba en el porche cabizbajo sin saber por dónde comenzar. Hoy nos sentimos tremendamente arropados en nuestro esfuerzo por sacar a nuestra gente de la incultura y de la miseria; en nuestro esfuerzo por demostrar que el Dios bueno también ama y vela por este pequeño rincón de la tierra. Y los proyectos se encadenan unos a otros con una facilidad pasmosa, como si Alguien allí arriba estuviese escribiendo un maravilloso guión de desarrollo.
Las muchachas del Roncalli se lanzan a bailar para evitar que 150 niños de Kamangbangbanranthan crezcan sin escuela. Tanto el Colegio San Agustín de Valladolid, como el de Chiclana de la Frontera, con Juan Luis y Florencio a la cabeza, hacen campañas solidarias. Parroquias como Santa Rita, Getafe, Little Flower…, empujan fuerte en el desarrollo. Particulares se unen al sueño: Antonio, Pilar, Pablo, Gonzalo, Carlos, Fede, Peli, Fernando, Joaquín y Mari Carmen… y muchos más que no quiero citar por no parecer la letanía de los santos. La Junta de Extremadura nos da un ejemplo de su sensibilidad ofreciéndose a cambiar la vida de un niño quemado. Y Javier Uso de Services Cargo nos envía contenedores. Y nace la Asociación Kamabai de Parquesol (Valladolid). Y la ONG La Esperanza de Lodosa beca mujeres con problemas. Y unos pueblos construyen escuelas (Viana, navarra), otros pozos (Viana, Cortes). Y Santi Marcilla nos agujerea media parroquia (10 pozos) gracias al Programa Tú eliges, Tú decides, de Caja Navarra. Y los de la Asociación Iter de Murcia nos quieren sembrar tomates y pepinos. Y ya tenemos lista de espera con ginecólogas, dentistas, agrónomos… Y Manuel y yo nos miramos y nos decimos: ¿Qué nos está pasando, Dios mío?
Si a todo eso le añadimos que espiritualmente tenemos el riñón bien cubierto con las oraciones de nuestras amigas las Hermanas Agustinas Recoletas de Guaraciaba y de Chiclana de la Frontera, no nos queda más remedio que admitir que estamos viviendo en la gloria.
Y todo por el dichoso contagio. ¡Qué bien!
Jueves, 24 de abril del 2008: Conversión de Nuestro Padre San Agustín.
Como no podía ser menos, el Santo me tenía reservado un día especial. Voy por partes.
Los ojos de Yealie Bah están de un amarillo que asusta. Cierto que nuestra gente tiende a tener cierto color amarillento debido a las múltiples malarias contagiadas, pero en este caso creí que lo más conveniente era otro chequeo médico para descartar cualquier tipo de hepatitis. Además, tenía una cita con el obispo y podía pasar dejando a Yealie en el Hospital Holy Spirit.
El Obispo parecía haber desayunado tigre esa mañana. Andaba discutiendo con medio mundo y nada mas verme me espetó:
-Ya era hora de que me trajeses los planos.
Me reí con ganas cuando comenzó a comentarlos y a darme sugerencias. Y es que se había enamorado de la distribución de la casa de voluntarios, y se sorprendió cuando le dije que no había arquitecto, que los planos los había dibujado yo en un cuaderno recordando la distribución de las casas que construíamos en Ciudad de los Niños de Costa Rica. Le recordé que no era arquitecto, a lo sumo medio, que diría mi hermana Mari, y terminó riéndose él también.
Quedamos en bendecir e inaugurar Viana Primary School de Kamayusufu el 24 de Mayo, aprovechando la visita del Alcalde de Viana, Gregorio Galilea, y de mi sobrina Laura. Invitaré también al Honorable Yapoh Kondeh Conteh, que estoy seguro que acudirá encantado a sacarse la foto y a seguir demostrando al Gobierno Central como crece el desarrollo en su Provincia.
Vuelvo al Hospital y en la entrada me topo con Peter, Hermano de San Juan de Dios que trabaja en el Hospital de Mabesseneh.
-José Luis, qué alegría. Ven que quiero que veas a alguien.
Le seguí intrigado. Y de repente sentí que me flaqueaban las piernas, y me puse a llorar como un crío.
Uno se cruza en la vida con personas que no te dicen mucho, o que no te dicen nada. Otras que, bien por su categoría moral, o por las circunstancias en que te tocó conocerlas, te dejan una huella imborrable en la memoria que el paso de los años no llega a difuminar.
Allí, en frente de mí, apoyado en unas muletas, canoso y sonriente, estaba el Hermano Fernando Aguilo, compañero de secuestro en el 98. La cabeza comenzó a darme vueltas y todo lo vivido juntos se me hizo presente. Habían pasado 10 años desde entonces, pero podía oír claramente sus palabras:
-Si destruís el Hospital 100 veces, otras tantas lo voy a levantar.
-¿Qué pasa, Fernando?
–Lo siento, José Luis, vamos a morir, reza y danos la absolución general. No tengas miedo.
Siempre recordé sus palabras en los momentos de frustración, en los momentos de desesperanza. Fernando me enseñó que en la esencia misma de nuestro ser misionero radicaba la fuerza para reconstruir 100 veces lo destruido. Y que esa fuerza era un regalo del Espíritu. Me enseñó que nuestro compromiso debía ser hasta el límite, o mejor nos íbamos para casa. Y me recordó lo que Jesús de Nazareth repetía tanto a sus discípulos: no tengas miedo.
Nos dimos un abrazo interminable. Alguien de los que lo acompañaban tomó fotos emocionado por el encuentro. Le pedí que me las enviase a mi correo. Hablamos de todo: teníamos mucho que contarnos después de 10 años de no vernos. Y quedé en ir a visitarlo a Mabessenh antes de su regreso a España.
Recogí a Yealie como flotando en el aire. Intentando serenarme, agradecí a Dios infinitamente el maravilloso regalo del encuentro con Fernando. A los dos nos hizo bien abrazarnos después de tanto tiempo.
Al salir del Hospital me doy de bruces con Chema Caballero. Tuvo un ataque de gota y una fisioterapeuta italiana le ha dejado como nuevo. Le invito a cenar y acepta gustoso.
Cerramos el día con broche de oro: una cena sencilla, regada con una botella Berceo, rioja, y una muy jugosa sobremesa. Sé que Chema se siente a gusto con nosotros, y nosotros con él, encantados.
Me cuesta dormir dándole vueltas al encuentro con Fernando, pero no me asaltan los fantasmas. Me invade la ternura al recordarlo apoyado en las muletas, cierro los ojos y siento una paz infinita.
Viernes, 25 de abril del 2008
¡Llego el maná!, o sea, los mangos. La lluvia y el viento se encargan de aporrear los arboles cada noche y bajarnos a tierra el desayuno de cada día. Los niños caminan a la escuela con los morros amarillos y con algo en el estomago. Todos contentos, especialmente mi almorrana. Ahí va una receta mágica para navegantes: mango + café = carrera al servicio y felicidad.
He ido a Makeni a comprar el carnet de conducir a Medo. Resulta que a mí me habían traducido el carnet europeo cuando lo solicité hace tres años, lo que me posibilita el conducir toda clase de vehículos, y yo ni me había enterado.
En Binkolo los estudiantes marchan por las calles vestidos con camisetas que me recuerdan que hoy es el Día Mundial de la Malaria. Malaria has no borders (la Malaria no tiene fronteras), reza la xerografía que llevan impresa. Muevo la cabeza, y Medo me pregunta si no estoy de acuerdo con el slogan. Desde luego que no, contesto. La Malaria tiene una frontera clara, la misma que existe entre los países desarrollados y los países subdesarrollados, entre la miseria y la opulencia, entre el Norte y el Sur. Vamos, ya me entendéis. Me refiero a que en Europa no se mueren los niños a racimos por causa de esa enfermedad. Y que la Malaria es más peligrosa dependiendo de las calorías que consumas cada día.
En el control de la policía, el que baja la cuerda me dice descaradamente que a ver cómo le voy a ayudar a celebrar el Día de la Independencia.
-¿Pero no es el 27 de abril?
–Sí, pero como no sé si vas a pasar ese día, me lo puedes dar in advance (de adelanto).
-Mira, pues te regalo la Independencia para que trabajes honradamente y no dependas de la cartera de los blancos.
Me dice que es una broma (que no lo es), y baja la cuerda dándome el paso.
Al llegar a la Oficina de Tráfico me comenta Medo que es mejor que me quede afuera porque no les gusta que un blanco vea los tejemanejes que se traen. De vez en cuando sale.
-Grandpa, give me 50 mil (que le de 50 mil leones del ala para inscribirse).
Vuelve a salir.
-Grandpa, dame 165 mil leones para la tramitación.
Sigo pacientemente escuchando a Juanes en el Toyota.
Como tarda en volver a salir, decido entrar a ver qué pasa.
Me dice que el big man (el jefe) ha salido y se ha sentado bajo el árbol de mango como esperando a que vayamos a hablar con él. Y me lo señala. Respiro profundo para no decir lo que se me viene a la boca, y me acerco sonriente.
-Good morning, Pa.
-You are Father? (¿eres sacerdote?)
–Sí, y necesito tu ayuda. Tú me ayudas y yo te ayudo, ¿ok?
Me suelta una perorata acerca de la seriedad con la que ellos dan los carnets de conducir de camiones. Me dice que, a pesar de los escasos recursos, son profesionales, etc, etc, etc.
Yo, por supuesto, olvidándome de todos los camiones que me encuentro tirados en la noche sin ningún tipo de señalización, de todas las poda-poda (camionetas) cargadas hasta los topes con las ruedas desgastadas, de todos los asaltos a mano armada en los controles de la policía, alabo su profesionalismo, y le invito a visitarme y compartir una cerveza en Kamabai. Le enseño mi carnet de conducir de Texas, el de Sierra Leona, y el de España, y le digo que no estoy tan loco como para poner en manos de un ignorante un camión que nos ha costado 43 mil dólares. Que lo que pasa es que estoy cansado y necesito u chofer de garantías, y que Medo es el mejor. Me pregunta si Medo se sabe las señales de tráfico y le prometo que en un par de días se las canta de memoria. Me da una fotocopia desgastada y me dice que son 5 mil leones (mando foto por si alguno quiere aprendérselas). Y que el examen imaginario cuesta otros 55 mil. Nos damos la mano, nos hacemos amigos, le repito la invitación, y punto final. Se acabó la conversación bajo el árbol de mango. Medo tiene carnet para conducir vehículos pesados por el módico precio de 275 mil leones (62.5 euros). ¿Me salvaré?
En casa me esperan un par de señoras de Kalinkay, un poblado cerca de Magbonso, el rio al que le robamos la arena. Me dicen que me quieren regalar un niño. Estaba acostumbrado a que me regalasen gallos pero, de un tiempo a esta parte, lo que me traen son niños. Nació hace un par de días y la madre murió en el parto. Del padre nada se sabe. Y nadie en la aldea se quiere arriesgar a amamantarlo por la absurda creencia que os conté hace tiempo de que si lo hacen, algo extraño le pasará al hijo propio. Les explico que no me lo puedo quedar, e insisten. La mayor me dice que es en el único lugar en el que la criatura pude sobrevivir, que ellos ya tienen suficientes problemas para cargar con otro más. ¡Benditos biberones que nos enviasteis! Le he preguntado a la cocinera que cuanta leche le ponía, he llenado uno, y se lo he dado al chiquillo. Ha chupado poquito, pero se ha quedado dormido. Les he dado un bote de leche a las señoras advirtiéndoles de que era para ese niño y no para otros. Y me he comprometido a llevarlo a vacunarse, a comprarle ropa, y a cuidar de que nada le falte.
-¿Cómo se llama?
-Nadie le ha puesto nombre, Padre, llámelo como quiera.
Sin nombre sigue dormido ajeno a todo lo que pasa a su alrededor. Me prometo a mi mismo averiguar cómo funciona el sistema de adopciones en este País, aunque me lo imagino. Y le pongo por nombre Jesús, como mi cuñado, en sencillo homenaje de agradecimiento a todo lo que hace por nuestra misión.
La Escuela Primaria Católica celebra hoy y mañana su Annual Sport. Pa Bangura todo lo que tiene de bueno y de viejo, lo tiene de listo. Ha bautizado los colores con nuestros nombres: verde, Fr. Emmanuel; azul, Fr. Edgar, y, amarillo, Fr. Grandpa. Lo que significa que nos tenemos que meter la mano al bolsillo para apoyar a nuestros respectivos equipos. También, comprar un saco de arroz y donar latas de carne para los invitados especiales. ¡Y como no los hay! Me he dado una vuelta por las pistas. En cuanto me ha visto la Mamy Queen se ha deshecho en welcomes por el micrófono, y los de kínder se me han colgado de los brazos. La pócima mágica sigue sin funcionar porque no he sentido la más mínima emoción ante tal despliegue de afecto.
Voy a Karena con Tejan y Medo a recoger unos tablones de madera de 1” para ir ultimando detalles de la casa de voluntarios. Es zona musulmana y de la tribu mandingo, pero nos saludan con respeto y cariño. Gracias a Dios parece que terminaron las tensiones de antaño. Aunque a decir verdad, los dos que me acompañan, Medo y Tejan, son mandingos.
Para cenar, gambas y calamares. Simplemente deliciosos por dos motivos: por el cocinero, o sea yo, y por el precio, ya que los consiguió Manuel en Freetown baratísimos. Además los hemos compartido con Edgar que sigue visitándonos con frecuencia.
El arroz sigue subiendo. Hoy, a 110 mil leones el saco de 50 kilos.
Por hoy basta. Hay días en los que uno no sabe lo qué escribir y otros, como hoy, en los que escribiría un libro.
Sábado, 26 de abril del 2008
Les he mandado con Félix un mensaje a los de Kamangbangbanranthan bien enojado. O cambian de actitud radicalmente, o no vuelo a pisar la aldea. Parece que no han ayudado a los técnicos de los pozos a excavar y que no les prestan la más mínima atención en cuestión de alimentos.
Viene Murry Brima II, Chief de Bumbamdain a visitarnos. Nos trae arroz, toronjas y un gallo en agradecimiento por la escuela que les vamos a construir. Algo es algo.
Domingo, 27 de abril del 2008.
Día de la Independencia. Dice Manuel que aquí ni se nota. Yo, si no me lo recuerda el policía en el check point el viernes pasado, ni me entero. No hay celebraciones en nuestras aldeas. ¿Qué pueden celebrar? Apostaría doble contra sencillo a que en el 99.9% de ellas ni saben lo qué es, o qué significa eso del Día de la Independencia.
Pienso que no podemos seguir siendo toda la vida un pueblo de limosneros. No debemos serlo. No tenemos por qué serlo. Disponemos de todo lo necesario para ser un pueblo grande y maravilloso. La tierra es rica y generosa, mientras el pueblo fallece de hambre y las ratas campan a sus anchas en las chozas. Y nos piden que nos lavemos bien, que bebamos agua limpia… ¿Dónde está esa agua? Y nos come la malaria, y la disentería, y el tifus, y la sarna…
Que esta tierra es rica lo saben también los interesados en mantener nuestro subdesarrollo, nuestra incultura. Hay demasiados intereses económicos internacionales camuflados detrás de siglas de ONGs benéficas. Y las calles de Freetown están llenas de zapatos y ropa de segunda importados en contenedores benéficos por dichas ONGs. ¿Quien se esconde detrás del negocio? Es explicable que cuando declaré la ropa que nos enviabais, me querían cobrar 2 mil dólares de impuesto. Así que ya sabéis, me podéis mandar lo que queráis, pero nunca hay que declarar ni ropa ni zapatos. Y no os preocupéis que el contenedor lo abro yo.
Ayuda a un hombre a valerse por sí mismo y lo habrás liberado, rezaba un slogan. Y la única forma de que puedan valerse por sí mismos es facilitándoles el acceso a la escuela y a la universidad. ¿Cómo puede producir un niño en la escuela con hambre añeja en el estomago, y teniendo que caminar 10 kilómetros diariamente?, se preguntaba mi amigo Pablo.
Hoy a nadie le es permitido el silencio. No nos es permitido ser meros observadores, o simples testigos. No se puede mirar para otro lado cuando la miseria te mira a los ojos. No se puede ser neutral cuando un niño muere desnutrido entre tus manos. Callar por cobardía, por conveniencia o por cortesía no deja de ser un crimen.
¡Viva el Día de la Independencia! ¡Amén!
Lunes, 28 de abril del 2008
Me voy con Sorie, técnico de los pozos, y Medo a Freetown en busca de bombas de agua. En la capital sí que se nota que celebran la Independencia. Hay desfiles de estudiantes con uniformes multicolores por todas partes, lo que nos obliga a dar mil vueltas para llegar a Jay’s Guest House. Todo está cerrado, así que decidimos pasar un día de relax junto a la playa, y despedir a los cubanos por la noche en el restaurante Mamba Point donde dan unas pizzas estupendas.
Martes, 29 de abril del 2008
Solo el que lo ha experimentado sabe lo que es ir de compras al centro de Freetown. Aparcar en la calle Ecowas, donde están los comercios hindúes, es misión imposible. Le guiño un ojo a un policía, le doy 5 mil leones, y le pido que me busque un sitio para el Toyota. Lo hace con gusto por la propina.
Me he peleado en cuatro tiendas porque me piden la friolera de 5 millones de leones por cada bomba, cuando el año pasado las pagué a millón y medio. No quiero perder la cabeza y hago como que no las necesito con urgencia (mentira grande), y que puedo perfectamente importarlas yo. El hindú acepta el pulso, me dice que tiene 25 bombas, y que no se baja de ahí. Pero yo ya he corrido varios encierros y sé que si muestro el más mínimo interés estoy perdido. Le digo que las lluvias ya están aquí, que nadie está excavando pozos en este tiempo, y que se va a tener que guardar las bombas… en la bodega. Medo le pide el teléfono. Le digo que no lo necesitamos para nada, que doy por zanjado el tema, y que esperaré a mis contenedores de España.
Salimos de Freetown a las 2 de la tarde y logramos pasar la Mountain Cut antes de la hora punta de tráfico. El Honorable me pide que pase por la Asamblea Legislativa para charlar un rato. Le digo que nones, porque estoy seguro de que quiere de todo menos invitarme a comer.
Bui se lanza detrás del biberón y me mira como diciendo ¿dónde te metiste?
Miércoles, 30 de abril del 2008
Comienzo el día con una llamada surrealista. Voy a intentar transcribirla en español y literalmente para que os hagáis una idea del País en el que nos toca trabajar.
-¿Padre José Luis?
-Sí, ¿con quién hablo?
-Soy Mr. Sesay y hablo de la oficina del Ministro de Salud para informarle de que los doctores cubanos se van del País el domingo y que tenemos que despedirles.
-No se preocupe, que yo la lo hice ayer en Freetown.
-Entonces tiene que cooperar con algo para su despedida.
-Y eso ¿qué significa?
-Pues que puede pagar el diesel de su traslado por carretera a Guinea Conakry.
-Creo que eso es responsabilidad del Gobierno, no mía. Nosotros bastante colaboramos con ese Ministerio con medicinas y transporte de los doctores por las aldeas.
-Pues si no colaboran ahora, no enviaremos a ningún cubano del próximo grupo a Kamabai.
-Mira, amigo mío, yo no necesito médicos cubanos. Si estoy enfermo me largo al hospital y pago mis exámenes y lo que sea necesario. Y si la cosa es grave, vuelo a mi tierra y punto. Los que necesitan los doctores son tu pueblo, las aldeas de tu Biriwa Chiefdom (es limba, el que me habla), y si no los envías me encargaré de explicar a todo el mundo nuestra conversación y el por qué de tu negativa. Te aseguro de que habrá más de un periodista de la oposición interesado en publicar la historia.
-Ni se le ocurra hacer eso.
-Ni se le ocurra romper unilateralmente el convenio, porque soy capaz de pedir una cita con el mismísimo Ministro de Salud para asegurarme de que me está llamando con su autorización.
En ese punto de la conversación y jurando en limba, me cortó la llamada.
Acto seguido llamo al Dr. Arístides para informarle de lo sucedido y me dice que está en ese mismo momento en la oficina desde la que se hizo la llamada, y que no se podía creer lo que oyó. Me asegura que los cubanos no tienen nada que ver en el asunto, y que piensa que el bueno de Mr. Sesay ha querido ganar un dinero fácil.
Me traen a Musa Mansaray en hombros. Estaba cortando yerba en el camino de Kassassie I y una mamba amarilla le ha picado a la altura de la espinilla. La mamba amarilla es una de las más peligrosas, y ocasiona la mayoría de las muertes por picadura de serpiente. Le he cortado con el bisturí bien profundo para tratar de que el veneno saliese rápido y le he puesto la piedra negra. En el dispensario de Kamabai le han aplicado suero antiofídico, y lo han dejado en observación. He vuelto a las 3 horas a ver cómo seguía, y me dice el enfermero que se ha largado caminando a Kassassie porque no tenía dinero para pagar el internamiento. He salido disparado para Kassassie, lo he subido al Toyota, y lo he dejado en el dispensario diciéndoles que la misión se hacía cargo de los gastos.
Parece que las serpientes comienzan a hacer acto de presencia por la humedad que nos ha dejado las primeras lluvias.