Africa ken kahuthukuma oh keyan Temporada 1: Octubre 2005
Lunes, 3 de octubre del 2005
Hemos ido a Makeni para proponer al Obispo la reapertura del OKP. Nos inclinamos a que en principio sea algo más privado, sin el reconocimiento del gobierno. Luego se podría buscar el que nuestros muchachos recibiesen un diploma con validez nacional. Tengo la sensación de que la idea está muy verde y que hay que atar un montón de cabos.
He aprovechado también para sacarme el carné de conducir de Sierra Leona. Han mirado y remirado el mió de Texas, y por fin lo han dado como válido y me han perdonado el examen práctico. No puedo imaginar siquiera cómo sería ese examen, y me quedaron unas ganas enormes de realizarlo. Los policías de tráfico se limitan a mirarte sonriendo en los cruces. Eso si, perfectamente uniformados con camisas azules y manguitos blancos inmaculados.
Me reencontré con un hermano salesiano que huyó cuando mi secuestro. Lo vi un poquillo pesimista. Dice que hay paz, pero que la situación socio política es exactamente las misma que en el 98: gran corrupción, pobreza extrema, precios desorbitados…Y en provincias las cosas están bastante peor. La paz durará hasta que venga un loco prometiendo justicia e igualdad, decía. La verdad es que uno no se explica cómo vive la gente. En casa compramos cuatro plátanos por 100 leones. Y el cambio es 3000 leones por dólar. Y la gente debe pagar por una taza de arroz 500 leones.
Como veis, la carta está toda desordenada, pero prefiero mandarla así, como me sale. Iré intercalando comentarios sobre nuestra vida diaria que me llaman la atención.
Cuando hablé con Rene por teléfono, me comentó la existencia de un cell-site. Yo, conociendo a los filipinos, me imaginé una chocita de bambú con asientos y toda la infraestructura necesaria para escribir. Pues bien, el cell-site es un simple árbol con un bote colgando de las ramas. Debes esperar sin moverte a que aparezcan dos rayas de cobertura en tu teléfono porque entonces sí puedes enviar un mensaje. Naturalmente hay que armarse de paciencia hasta que aparezcan las dichosas rayas. Enviado el mensaje, metes tu teléfono en el bote para que pueda recibir «una posible respuesta» sin perder cobertura al moverte. Claro que como es tiempo de lluvia, hay que vaciar primero el bote de agua para no estropear el teléfono. Lo positivo del cell-site es que el árbol es de aguacates y que cuando sea el tiempo de ellos lo visitaré con bastante frecuencia.
-¿A que no sabes qué hay para comer hoy?
Es la pregunta más absurda por estas latitudes. Arroz mañana, tarde y noche. ¡Y que no falte! Por ahora la fruta que comemos es únicamente plátanos. Pero tenemos la casa rodeada de mangos. La verdad es que no he pasado hambre y a veces da una poquita vergüenza comer tanto cuando tan cerca de ti hay gente sin posibilidad de comer nada. Lo que pasa es que el Obispo insiste en que debemos alimentarnos porque enfermos no servimos para nada. También podemos desayunar huevos con nescafé y crema. ¡Y yo quejándome del pobre gallo!
Estamos en tiempo de lluvia (desde Mayo hasta Noviembre) y eso nos facilita el consumo de agua. Usamos la de la lluvia para bañarnos, lavarnos los dientes, cocinar…La lluvia cae en un depósito subterráneo y desde allí, con una bomba, la subimos a otro depósito en el techo. Bebemos el mismo agua, pero después de hervirla y filtrarla. En verano se saca el agua de un pozo cercano con una bomba que la impulsa al depósito subterráneo que intentamos mantener siempre lleno. Eso de no tener que acarrear el agua con cubos es una bendición. ¡Gracias, Dios mió! Ahora nos toca hacer un estudio serio para comenzar a descubrir pozos de agua limpia para nuestra gente. Creo que será la mejor inversión del dinero por las enfermedades que evitaría.
Gracias a las ayudas recibidas podemos encender el generador de 3 a 4 horas diarias. Eso nos permite enfriar un poquito el agua que bebemos, encender unas luces para que los críos estudien, usar nuestros ordenadores y preparar los correos que enviaremos en Freetown… Yo traje tres placas solares con las que cargamos las baterías aunque sea más lentamente. Es algo que queremos estudiar con detenimiento.
Encima de la mesa tengo el Padre Nuestro y el Ave Maria en Limba. Al ser las oraciones básicas, es bueno aprenderlas porque todo el pueblo se las sabe y se alegra de oírtelas en su idioma. Ahí van:
Padre Nuestro:
Fandantu wo ka ariyana
Non kenda ko niyon kasi,
Non hugbakine ndahan tenen,
Non maniyo ndaman niyon kafaido,
Non na men ka ariyana.
Ave Maria:
Yan man yina Mariya
Yindo thine in balohoi,
Masala kin in yi,
Yi kin thaduba, ka mateteni ma ka biyeremen,
Yi kin thaduba, tha ka muthui,
Si alguien está interesado puedo enviarles las oraciones completitas.
Martes, 4 de octubre del 2005
Hoy fuimos a Kamanandafu porque tienen de patrono a San Francisco de Asís. La verdad es que en pobreza y desprendimiento hacen honor a su patrono con creces. Se que no os lo vais a creer, pero después de comer el arroz, como de costumbre, nos han regalado otro gallo. Os lo juro, un gallo blanco precioso. Lo hemos soltado en el corral y se han estado peleando media tarde. Parece que al final se repartieron las gallinas en paz y armonía porque no se les oyó más. Yo les digo a mis compañeros que a este paso podemos tener uno cada uno en la habitación. Os envío una fotografía con el susodicho gallo.
Para cenar nos han traído un pedazo de venado y lo hemos devorado.
Sigue cayendo una cantidad de agua increíble que para si la quisieran por España. Al menos por la noche hace que refresque un poco, pero por el día la humedad es asfixiante. Poco a poco le voy cogiendo el aire a la comunidad y me voy haciendo una idea del terreno que piso.
Miércoles, 5 de octubre del 2005
Edgar ha salido por tres días a las aldeas de la zona que le corresponde visitar. Me han dado unas ganas locas de acompañarlo, pero he decidido ser prudente y dejar que el cuerpo se vaya haciendo poco a poco al clima. Ya habrá tiempo para correrías apostólicas. Y todavía recuerdo las tifoideas de mi primer viaje al país. Además no me vendría mal perder primero al menos 10 kilos para no morirme subiendo montañas.
Vino el P. Domingo, javeriano de Guadalajara, a vernos y a enseñarnos su nuevo libro: «Dios me quería vivo». Es una especie de biografía personal con algún apunte de su estancia en Sierra Leona. Parece que el ejemplo de Santi Marcilla va cundiendo, aunque nada que ver con el lenguaje colorista, académico, exacto y espectacular de mi paisano Santi. Pero, en fin, el hombre está orgullosísimo de su libro, y había que felicitarlo. También lo veo pesimista. Yo estoy feliz viendo que podemos trabajar en paz y él comenta que esto puede saltar en cualquier momento y por las mismas causas que apuntaba el josefino: corrupción, hambre, pobreza extrema…
Siguen sin cuadrarme los datos. Producimos gran cantidad de rutilo (mineral necesario para transbordadores) y quien lo explota es North Resources (compañía americana) a través de su filial en el país Sierra Rutile Ltd. ¿Y los beneficios? Pues en el extranjero y algo en el bolsillo de los gobernantes.
Recuerdo mi visita a Freetown el día de la llegada y lo orgullosos que te enseñan su «Cotton Tree» (árbol de algodón). Dicen que alrededor de él ponían a los esclavos antes de ser vendidos a los negreros europeos y americanos. Y que algunos de aquellos esclavos que volvieron libres, bautizaron la ciudad con el nombre actual. Suena muy bonito, pero me da la sensación que los actuales «negreros», europeos y americanos también como antaño, siguen manteniendo encadenada a ese árbol a una nación entera.
Fuimos a Makeni a llevar unos enfermos de la comunidad. Una cría tenia elefantiasis en una pierna y debían operar a otro. Gracias a Dios y a la diócesis de Albano, en Italia, hay un buen hospital cerca.
Por lo visto somos una especie de Seguridad Social para los pobres. Ellos nos escriben una carta solicitando la ayuda y nosotros, en la medida en que podemos, se la brindamos al menos una vez. No es fácil ayudar sin caer en el paternalismo y la dependencia, pero lo hacemos lo mejor que podemos, siempre intentando llegar a los más necesitados. Todas las solicitudes se estudian en comunidad y se aprueban por orden de urgencia y necesidad. Pero lo cierto es que si ahora mismo, que esta lloviendo a mares y son las 10 de la noche, alguien tuviese una urgencia médica, ¿a donde coño pude acudir? Aquí hay luz, al menos 3 horas diarias, y disponemos de un Land-Rover para trasladarlo al hospital. Hay que aceptar que, hoy por hoy, somos su único recurso. Y nos cuidamos para ello. No mucha gente en el país puede presumir de comer arroz dos veces al día como lo hago yo, al menos mientras estoy en nuestra casa-base. Otra cosa es cuando a uno le toca visitar comunidades y debes compartir con ellos lo que tienen, incluso su baffa para dormir.
Hoy un crío me tocó y me dijo «mampa belé» (belé es barriga). Creía que mi panza provenía del mampa que me metía entre pecho y espalda. Cómo le explico que la culpa de mi «belé» no la tiene el mampa ni las lombrices -que a él le sobran-, sino que es consecuencia del cordero con alcachofas, del cardo, de los espárragos rellenos, del revuelto de setas, del gorrinillo asado, del café con leche con pan tierno, de los bocatas de tortilla con jamón, de las gambas a la plancha, del ajoarriero, de las pochas con guindillicas en escabeche… Cómo le explico que hay más comida que el arroz tres veces a la semana y la cassava de cada día.
Bueno, mejor lo dejo aquí. Además en 10 minutos apagamos el generador.
Jueves, 6 de octubre del 2005
Como dice mi amigo Rene, hoy es mi «Lariam day». No debo olvidarme de esa dichosa pastilla que dicen que protege del mosquito, pero que te va matando poco a poco con sus efectos secundarios. El prospecto recomienda tomársela después de la comida principal del día. Eso aquí suena un poquito a guasa.
Hemos vuelto a Makeni con enfermos. De regreso hemos entrado a Kamathidi para ver la escuelita que hemos hecho con las donaciones de mis paisanos de Pamplona. Al maestro le picó una culebra y gracias a Dios tenía una «piedra negra» a mano, de las que trajimos antiguamente. Sigue lloviendo a mares y no vendrían mal un par de puentes. El camino es infernal y el land-rover todo un fenómeno de acomodación al medio. Luego me enteré de que dicho carro había estado en la guerra de Irak. Primero instrumento de guerra y luego de paz, aunque no creo que esté ya para muchos trotes.
Estamos viendo en qué zona construir un centro asistencial Little Flower. Me gustaría algo sencillo y práctico pero con un diseño más acorde con el medio. Podría ser una capilla, una escuelita, un edificio multiuso (incluso nos serviría para dormir en las giras) y un pozo de agua limpia. Todo junto, en un lugar al que se pudiese acudir andando de los pueblecitos vecinos. Supongo que el mayor problema será el transporte del material porque los caminos son impracticables. Ya os contaré cuando nos decidamos por alguna zona. Queremos estudiar el proyecto muy bien antes de invertir lo que tan generosamente nos disteis. También se ha decidido en comunidad no dar el trabajo a los libaneses. Quizás sea un poquito más profesional, pero es 8 veces más caro. Hemos decidido dar trabajo a nuestra propia gente. Forman equipos en los que participan mujeres y niños, trabajan con una gran ilusión porque lo que construyen es para su beneficio, y además se ayudan con el dinero. Y, como os decía, el precio es mucho más asequible.
Aquí es donde se podría poner una flor en el ojal el Gobierno de Navarra. ¿Os imagináis? «Reyno de Navarra Center». La mejor manera de liberar a un pueblo es enseñarle a valerse por si mismo. Hay tantos niños, tanto futuro en nuestras manos… No creo que turísticamente fuese muy rentable, pero nada nos puede hacer más grandes que la ayuda humanitaria desinteresada. Que de «esas otras ayudas», de esos intercambios «yo te pongo una escuelita y tu me dejas explotar tu riqueza», ya está llena la historia. Formar maestros electricistas, albañiles, carpinteros, mecánicos, pintores…, en fin, todo lo necesario para que el pueblo logre ser el que tome su propio futuro entre sus manos. Es duro sembrar esperanza y mirar con optimismo el mañana cuando el «hoy», la supervivencia diaria, se gasta todas las fuerzas. Pero no podemos menos de apostar por ello.
Y puestos a soñar…, pues soñamos, que capacidad de sueños tenemos como el que más. Intentaré contactar con un Ingeniero Agrónomo que se me ofreció voluntario en Valladolid. Hay una extraordinaria labor por hacer enseñando a explotar racionalmente el suelo.
Viernes, 7 de octubre del 2005.
Seguimos visitando escuelas. Hoy fuimos a Kayonkro. Damos cuadernos, lápices, bolígrafos…, y los niños aplauden la generosidad del que se los envió. En las tapas de los cuadernos puedes ver a Ronaldo, Figo, Beckman vestidos con la camiseta del Real Madrid. Me resulta curioso y me hace recordar que el Vasco Aguirre tiene una promesa con la misión: enviar unas camisetas de fútbol para los chavales. Veremos si hay forma práctica de hacerlas llegar.
Me encanta la idea de fortalecer todo lo que sea educación. Estamos convocando una junta general de maestros para el mes de Diciembre. Hay maestros que trabajan sin recibir ningún sueldo del gobierno y además deben mantener a su propia familia. Queremos que las comunidades se encarguen de mantenerlos al menos en cuanto a la alimentación se refiere. Nosotros nos encargaríamos del sueldo, pero es importante que la propia comunidad se sienta responsable de la educación de sus hijos.
Al volver me topé con Casimiro rondando la cesta de los plátanos y nos echamos unas risas. Es coreano y su inglés sale como a chorritos, pero la comunicación no-verbal nos funciona de cine. Nos hemos tragado tres plátanos cada uno. Recuerdo que de niño nos decían en la tele que el cola-cao era el alimento del deportista. Para el misionero parece serlo el plátano.
-Banana is banana, my friend Casimiro, like futbol is futbol ¡Y que no nos falten!
Lunes, 10 de octubre del 2005
El domingo fui andando a decir misa al poblado de Kamankay. Está muy cerquita, como a tres kilómetros, pero sudé una camiseta en el camino de ida, otra en la misa y una más en el regreso. Si es cierto que el agua por estas tierras es tan valiosa como el oil, con la que yo tiro sudando podrían montar una refinería. Me sonrío recordando las traducciones de Steve Serna. Aquí, si tienes suerte, solo necesitarás un traductor. Hay veces en las que el traductor de Limba no sabe ingles, así que tienes que conseguir otro que te traduzca del ingles al kriol. Total, si yo digo que José murió, dos palabras únicamente, el traductor de Limba les cuenta donde nació José, quienes eran sus hermanos, cuando enfermó… Y desde luego están agradecidísimos de que un sacerdote vaya a celebrarles misa.
Estoy en ese momento en el que te pica todo el cuerpo y te sientes todo el día empapado y sucio. Espero que entre los mil picotazos que decoran mi cuerpo no tenga ninguno del falciparum, o como se escriba el dichoso mosquito.
Edgar ha vuelto de los poblados cabizbajo. He preferido respetar su silencio, pero creo que le afecta ver la situación de pobreza en la que se encuentra nuestra gente. Y no se anima a comer el arroz que le cocinan porque es el único que tienen. Luego en casa a uno le entra como un complejo de culpa.
-No rice today (hoy no hubo arroz), me decía un crío.
Su hermana le regañó por pedir comida. Le dimos de lo nuestro, ¿qué íbamos a hacer? ¡Y yo quejándome de hambre! Es muy difícil mantener la cabeza fría y el equilibrio emocional.
He preguntado por el gallo blanco.
-¿Que crees que te comiste ayer?, me dice Casimiro, el coreano.
–Joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, me comí a mi amigo.
Mejor que no me lo dijeran antes.
Hoy me he enterado de algo increíble. Me contó Casimiro que sus papás eran leprosos y que vivían en una leprosería atendida por las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta. Cuando él nació, al verlo sano, sus padres lo mandaron fuera de la leprosería. ¿Os imagináis con qué ternura mira Casimiro a los leprosos de nuestras aldeas? Tiene un corazón de oro y siempre lo ves trayendo a alguien a comer a casa.
-No food today, dice sonriendo con sus ojillos semi-cerrados.
Y les sirve un buen plato de arroz. La verdad es que hemos hecho muy buenas migas porque nuestro inglés no tiene desperdicio. Eso si, con cualquier chorrada hace unas sopas que te chupas los dedos. Nunca te responde si le preguntas de qué están hechas. Incluso creo que es mejor no enterarse.
-Eat, eat (come, come) dice únicamente, y se ríe.
Como sabéis, el dormir en El Santo Ángel de El Paso, TX, es una tortura los primeros días. Parece que todos los trenes del mundo pasan por debajo mismo de tu habitación. Luego uno se acostumbra a sus pitidos y no lo tira de la cama más que un buen despertador. Lo mismo pasa en Kamabai con los gallos. Al principio uno se une al salmista y canta «alabad al Señor por los gallos…», por habernos dado tan natural despertador. Ahora no lo oigo ni aunque se ponga a cantar en el palo de mi cama y he necesitado echar mano del despertador tradicional si quiero estar a tiempo en la capilla.
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Mis queridos amigos:
Sigo compartiendo con vosotros las pequeñas cosas de la vida diaria, aunque desde que me enteré, vía Roberto Sayalero, que las publicabais en la página web, me da un poco más de pudor. Bueno, al menos tuvisteis la delicadeza de quitar los tacos que consciente y libremente, que conste, escribía. Y repito, lo que ahora me toca vivir no es ni más ni menos importante de lo que cada uno de mis compañeros realiza en su ministerio, simplemente distinto. Y se que cada uno de nosotros podríamos llenar infinidad de paginas web dando fe de las maravillas que Dios hace por nuestro medio. Simplemente quiero constatar que es una gozada sentirse instrumento de Dios entre los más pobres.
Como aquí no hay televisión, ni Internet, ni cine…, pues uno aprende a reír y a disfrutar de las cosas más simples: una sonrisa, la cabra, los niños jugando con palos, las gallinas…
Sí, las gallinas africanas son todo un espectáculo de supervivencia. Nunca pensé, aun sabiendo que las aves vuelan, que pudiesen volar tanto, pero cuando te ven con algo en las manos, o sienten que Neneh abre la puerta de la cocina, se lanzan frenéticas buscando qué llevarse al buche. No se asustan fácilmente. Pueden pasear a tu lado como un fiel compañero esperando que «algo» se te caiga. Son carnívoras, herbívoras y lo que haga falta. Deben caminar diariamente incontables millas buscando su sustento, y da igual que en el reparto te toque cuello o pechuga, porque están tan flacas que siempre topas con hueso para chupar. Eso si, dan un caldo exquisito.
La otra noche oímos lamentarse a una. Más que un lamento era un grito desgarrado. Supuse dos cosas: o que la cobra se la estaba zampando, o que a la pobre se le estaba yendo la vida intentando poner un huevo.
Casimiro, el coreano, no deja de sorprenderme. Le pregunté por nuestro chivo, el chivo negro precioso que nos regalaron en Kabaka-Karathón y que se pegaba constantemente contra la valla cuando se iba de paseo. El pobre animal no sabía que existían las puertas y que había que salir por ellas.
–Estaba triste -me dijo el coreano- y ya está contento.
-¿Pero, donde?, le pregunté.
-Come! (ven).
Y me llevó a casa de nuestra cocinera Neneh que está en frente de la misión. Allí estaba nuestro chivo feliz cumpliendo fielmente a las 4 cabras de Neneh. Solté una carcajada que la pudieron oír desde Pamplona.
–Joderrrrrrrrr, Casimiro, pero yo creí que el chivo era católico y que solo podía tener una cabra.
-Chivo no católico, chivo muslim, me dijo riéndose.
Lo cierto es que ahora el chivo te mira y se ríe enseñando los dientes. ¿Y quién se atreve a decirle a Casimiro que está triste conociendo sus recetas?
Yo les he propuesto una solución alternativa para beneficio nuestro. No hay peor negocio que dar de comer a una gallina y que ponga el huevo en el corral de la vecina. Pues algo así sucede con nuestro chivo: su virilidad incrementa el rebaño de nuestra cocinera y nos deja a nosotros sin más beneficio que el de contemplar su felicidad. He propuesto conseguir tres o cuatro cabras y que la «ganancia» quede en casa. Así le salvo la vida al chivo y él en agradecimiento nos provee de cabritos para las ocasiones especiales.
Personalmente estoy contento porque la malaria me ha respetado por ahora. Cierto que Africa te va desgastando poquito a poco, casi sin darte cuenta. Intentamos comer bien, pero uno no deja de sentirse inquieto al ver el hambre a su alrededor. Decidimos en comunidad hacer dos comidas diarias en vez de tres: a las 8:30 a.m. y a las 6:30 p.m. Y como la única comida segura que uno tiene es la de la mañana, intentas desayunar fuerte. Entre medio, siempre se puede tomar algún plátano o toronja para engañar el hambre. La verdad es que, con frecuencia, si que sientes una especie de vacío en el estómago, pero no te quejas porque hambre, lo que se dice realmente hambre la pasan ellos.
Sábado, 29 de octubre del 2005
Fui con Edgar a la clausura del congreso eucarístico en Port Loko. Allí es donde me llevó la Cruz Roja internacional cuando me liberaron, y desde allí hice la primera llamada a mi familia con el teléfono de un periodista español, Miguel Ángel Gil, al que el 24 de mayo del 2000 matarían los rebeldes, junto con su camarógrafo Kurt Schork, en una emboscada. Ambos trabajaban para la agencia Associated Press de noticias (AP). Me tomé una fotografía debajo del mismo árbol desde donde hice la llamada y todavía sentí un cosquilleo en el estómago.
Salimos muy temprano y sin desayunar. Nos obsequiaron con una misa de dos horas y media, seguida de una procesión bajo un sol de justicia de una hora y media. A mi lado el Padre Chema Caballero (javeriano que trabajó mucho tiempo con los niños de la guerra) me iba comentando los pormenores.
-Estás en Africa, amigo mío, decía, aquí si te paran dos policías en un cruce, uno te dirá que sigas y otro que te detengas. Y los dos te mirarán sonriendo. Haz lo que te de la gana, pero si sigues mira siempre a derecha e izquierda, ja,ja,ja.
Y es que la procesión bien merecía una película: el obispo subido en el «Bishop (obispo) móvil» (bicho-móvil le llamaba yo). Detrás, el coro con unas capas tipo tuno y sudando a mares. Después, nosotros, purgando todos nuestros pecados, parando y arrancando cuando a un maestro de ceremonias le venía en gana. Y, al final, todo un gentío cantando entusiasmado. ¡Que buena penitencia, dios santo, y que amor al Santísimo hay que tener para perseguirlo durante hora y media, a la 1:00 pm, en Port Loko, Sierra Leona, Africa!
Cuando volvimos al land-rover nos dimos cuenta de que tiraba el diesel por el depósito. Buscamos un mecánico y, aunque parezca increíble, solucionó el problema. Claro que antes nos obsequiaron en el taller con escenas inauditas. Después de poner el carro en alto, uno de los ayudantes, en cuclillas, sostenía el tanque lleno de diesel sobre su cabeza. A su lado, «el maestro mecánico», con un cigarro encendido en los labios iba soltando mangueras y rociando de diesel al ayudante. «Las mangueras que tiene son muy heavy (duras), nos dijo», y le puso otras que sacó de un basurero y que limpió con su camisa. El caso es que milagrosamente el land-rover dejó de chorrear y pudimos regresar a casa.
Antes, buscamos donde tomar algo y nos dieron una cerveza caliente. Con el estómago vacío, la misa y la procesión…, la cerveza se me fue como un tiro a la cabeza y nos echamos cuatro risas recordando el taller mecánico. Edgar iba bien enojado por el problema con el carro, tanto así que me decía que a él lo que realmente le molestaba era que le hiciesen frenar los patos. Y es que por si no lo sabéis, en Africa, tienen preferencia en la carretera las mil gallinas, gallos, patos, cabras… que la atraviesan. Y no los puedes matar porque son un tesoro para la familia que los posee.
Domingo, 30 de octubre del 2005
Me fui a decir misa a Kamankay. Hablamos de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer y cómo me sorprendía de ver comer primero a los hombres y al final a las mujeres y a los niños. Aquí la mujer trabaja como una mula y no debe hablar si lo está haciendo un hombre, ni beber mampa en frente de ellos. Debe de tener la casa barrida y la comida lista. Y, naturalmente, cuidar de los pikin then (niños) porque para eso los parió. Una situación ideal, vamos. Parece que lo que les dije les debió de gustar a las mujeres, porque sonreían mientras los hombres movían el culo inquietos en los bancos. Al final de la misa, una de ellas me agradeció el que le hablase así a su marido.
Volví andando con Simón, el líder de la comunidad y mi traductor de limba. Me contó su historia y me emocionó poder entenderle casi todo y ver qué gran corazón tiene. Su padre murió siendo él niño y tuvo que ayudar a su madre a criar a sus hermanos. Pidió ayuda en la misión para ir a la escuela porque quería aprender. Hizo primaria y secundaria caminando para ello 16 millas diarias y con poca comida en el estómago. Se hizo carpintero para poder seguir pagándose los estudios. Me mostraba orgulloso la bicicleta que le habían regalado en la misión.
-Mire, Padre, tiene tres años y está como nueva. Yo he caminado mucho y se lo que es tener una bicicleta. Ahora puedo ayudar a dar catecismo y tengo tiempo para estar con la familia. Un día regresé a mi poblado y vi una muchacha que me gustó. Le dije: eres joven, pero quiero que sepas que cuando crezcas quiero que seas mi mujer porque te amo. Me casé con ella por el rito tradicional africano y tenemos tres hijos. Gracias al sueldo que recibo de la misión puedo mandarlos a la escuela y soy muy feliz con ellos.
Le pegué un abrazo y le ofrecí ayudarme como instructor de carpintería en la escuela vocacional recibiendo un salario mensual como maestro. Está todo emocionado con la idea.
Al final me dio la puntilla:
-Padre, los del poblado prefieren que ustedes coman primero porque saben que se enferman si lo hacen al mismo tiempo que nosotros. Ustedes no están acostumbrados a comer con la mano y nosotros los queremos y necesitamos.
Sin palabras.
Por la tarde, Edgar, Casimiro y yo llevamos a Don a Lungi, vía Port Loko. Fueron 7 horas completitas en un camino infernal por causa de las aguas, pero como el land-rover no ofrece muchas garantías (¿alguien nos regala uno nuevo?), no nos podíamos exponer a que el lunes perdiese el avión. Dormimos en la casa de los javerianos y el P. Vito nos atendió como reyes. Pescado asado al ajillo y sopa de sobre, de verduras. ¡Qué delicia! Al final, copa de orujo mirando al mar. El único inconveniente es que el bueno del P. Vito estaba con malaria y a mí me tuvo en vilo rezando:
–Dios mió, que los que le pican a él no me piquen a mí.
Lunes, 31 de octubre del 2005
Voló Don, vía Ghana, a Filipinas con el firme propósito de volver en tres meses si los doctores se lo permiten. ¡Que así sea! Intentamos conectarnos a Internet, pero, para variar, tenían caído el sistema, así que cenamos un poco y nos volvimos directamente a la misión, esta vez cruzando en ferry a Freetown.ctuo
Durante una semana hemos tenido la visita del vicario de la Provincia de San Ezequiel, Fr. Regino Bancaya. El tiempo no daba para mucho, pero hemos intentado que conociese de primera mano nuestra realidad. Con el Obispo Biguzzi se decidió tomar Kamalu (a una distancia de Makeni de 47 millas por mal camino) siempre que la casa estuviese lista. Y desde Kamabai nos comprometimos a supervisar uno de nosotros las obras, aprovechando para celebrarles la Eucaristía el fin de semana.